viernes, 9 de abril de 2010

LA FIEBRE DEL ORO

La Tribuna de Talavera, 9 abril 2010

Hoy las golondrinas vuelan bajas entre los columpios vacíos. Columpios novísimos de colores brillantes aún sin gastar por el sol. Dos mujeres bajan con unos cuantos críos pequeños. Son moras, cabeza tapada y túnica hasta el suelo. Son las únicas. No hay nadie más en las calles del pueblo. Pueblo de frontera, rodeado de adosados a medio acabar y solares llenos de plásticos ajados, enganchados en alambradas y postes, como en los campamentos del Himalaya de los documentales.

En la periferia de la periferia los niños juegan. Alcorques con árboles diminutos, secos, a los que nadie jamás tuvo la compasión de regar. En la frontera todo se ha parado. La fiebre del oro terminó y no queda nadie. Pisos vacíos, carteles de se vende, se alquila, amarillos, comidos por el sol y el viento. No queda nadie ni nada, sólo flores amarillas que crecen por todos los lados esta primavera voluptuosa. Los viejos, cada vez menos, resisten al sol en la plaza, como antes; y nada más. En la raya de la Sagra el tiempo se ha detenido, como si un relámpago lo hubiera pasmado todo. No queda nada de las furgonetas cargadas de albañiles, del sonido de cada oficio, del olor fulminante de las hogueras de obra. Todo se ha consumido, como el plástico y la madera de los palés en los bidones. Alguna grúa oxidada, oteadero de urracas. Los perros ladran en las pocas casas ocupadas. Hay miedo. Muy lejos, al fondo, busco la raya blanca de Gredos.

En las carreteras no hay tráfico; en los pueblos sólo se escuchan gorriones y vencejos. Hacia Madrid más pueblos helados en su tiempo. Un elanio azul caza entre los solares a medio urbanizar. Pasan las golondrinas y juegan entre los columpios, entre los niños que se lanzan por los toboganes y se enganchan en las jaulas de colores, entre las madres que hablan de sus cosas en su idioma lejano, todo bajo el azul limpio en este paisaje tan transparente de irreal en los territorios del desarraigo absoluto. La frontera después de la fiebre del oro. Paisaje de la Sagra, España, abril de 2010.

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