La Tribuna de Talavera, 24 agosto 2012
Mientras los que se lo han llevado crudo, en despachos varios, en
recalificaciones, en saqueos a cajas de ahorros trapicheadas a pachas por
gobiernos y oposiciones que ahora miran a otro lado cuando ha cambiado de lado
la tortilla, porque los huevos los rompieron a medias; cuando toda la sangría
de subvenciones, fundaciones, constructores amigos para siempre nonainoná…
cuando todo esos descosidos los vamos pagando de nuestros bolsillos, y la
responsabilidad se va diluyendo en el yo no me acuerdo, yo no sé, yo no fui, tú
más no te jode… así sin ruido, como una nube después de descargar el pedrisco,
y los indígenas de a pie nos comemos el marrón, como siempre, esos imbéciles de
pagar y callar y ver el fútbol, que no podemos comprar áticos en el barrio de
Salamanca, o cigarrales mirando a un Tajo perfectamente moribundo y estupefacto
de tanta imbecilidad…; mientras, digo, el desgobierno del gobierno que nos
arrastra nos sube el IVA al 21%, y las retenciones a los autónomos
supervivientes, como linces o águilas imperiales, hasta otro 21%, un 40% de una
tacada.
Es sólo un paso más en la poda, amputación, o como se quiera llamar.
Cuando no se tiene ni idea de lo que hacer, se manda al precipicio a los más
débiles, porque sobran y estorban; y a los que quedan, se los lleva al límite.
La capacidad acogida del ecosistema está agotada, y ahora vamos al descaste,
que sobramos. Porque esa es la realidad. No se tiene la mínima idea de lo que
se va a hacer en el solar, pero lo derribamos, y ahí está el triunfo, en la
chatarra y su subasta –y no hablo ahora del Mercado–, en los interinos que van
a la calle, en los miles de nuevos parados mensuales que sumamos en esta región
o en este país, que lo mismo da, en las privatizaciones/negocio con lo de
todos. Romper el puzle es fácil. Lo complicado es montarlo de nuevo. O mejor,
romper es fácil. Crear, inventar, es otra historia. Por eso, detrás del
desguace de este plano metafísico carpetovetónico que nos ha llevado a los
acantilados, no hay nada. Terra incognita. Ni una propuesta, ni una luz, ni un
norte. Sólo la puerta de salida.
La vida se ve muy bien desde la atalaya de los cuatro cinco mil euros
mensuales de un buen puesto político, desde las ventanillas tintadas del coche
oficial, desde el ordeno y mando del poder, envenenado con la risa abyecta de
los amanuenses/cortesanos. Esto es España, señores, pasen y vean, la España de
siempre, la eterna. Sube el gasoil, el IVA, las retenciones. Esto se acaba. AVE
Rajoy, los que vamos a morir te saludamos.