La Tribuna de Toledo, 19 febrero 2016
Mi amigo Miguel Méndez, siempre que nos ponemos tremendos con eso de la cosa patria, me dice
que Berlanga debería tener una estatua en cada plaza de cada pueblo de cada ciudad. Berlanga
recrea el relieve moral, la idiosincrasia de este país como una impresora de tres dimensiones, con
la precisión de tesorero de caja A (y B) del Partido Popular. Un país que no cambia, y si no ahí
tienen a nuestro presidente autonómico viniendo a Villar del Río, perdón, a Talavera de la Reina, a
vendernos el Plan MarshallPage (léase marchalpeigch), pero no para hoy, sino para mañaaaaana,
que diría el montieleño José Mota.
Verán, pasta de la que va en los presupuestos de la Junta, de la que da para obras y algunos
amores, no hay ni un duro para Talavera de la Reina. Nada. Talavera y sus contornos no cuentan
en los presupuestos de la Junta, cosa que no nos sorprende, porque es la tónica de años y años, de
lustros y lustros. Page nos torea, como ya hicieran Bono, Barreda y Cospedal, con sus acólitos y
mandaos aplaudiendo a rabiar y pescando sitio en la foto del séquito. Page intenta torear a Talavera
con la izquierda, como el maestro Bono, que estamos en pleno dejá vú, en plan día de la marmota.
Nos vende humo y algunos aplauden, mientras las facultades y universidades se van a otra capital
(aquí nos cae un cacho nave), los cientos de miles de euros para ferias y saraos a otras, y por estos
andurriales nos quedamos a verlas venir. Page tiene unos presupuestos y un Diario Oficial, que es
donde se retrata un presidente y una acción de gobierno. Pero aquí viene y nos promete “cienes” y
“cienes” de millones de euros de Europa, y se va a dar una vuelta por el fantasmagórico museo de
las bombillas fundidas, el Ruiz de Luna, que languidece olvidado, mera sucursal de Santa Cruz.
Me hacéis unos proyectos, pedís lo que queráis y los millones caerán. ¿Veis qué fácil?
A mí esto me recuerda a la escena de Bienvenido Mister Marshall, cuando Paco Morán, Pepe
Isbert y Lolita Sevilla ponen una mesa en la plaza del pueblo y todos los ilusionados indígenas
pasan pidiendo su deseo a los “americanos”. Que si una pareja de mulas, veinte sacos de abono,
una azada, un cabezal, un clarinete... Y el final de la historia es conocido. Jugar con la gente, y lo
que es peor, jugar con una ciudad a la que se le ha negado el mismo trato que a otras ciudades en
esta misma región, no debería salir gratis. Pero aquí ya se sabe, que esto es Talavera de la Reina, y
nos faltan muchas cosas y quizá una de las más importantes sean unas cuantas arrobas de amor
propio, dignidad y saber poner en su sitio a los vendedores de motos cual charlatanes de feria. Pero
somos así.
Villar del Río, 1.642 habitantes, todos están haciendo su lista de peticiones... Perdón, Talavera de
la Reina, ochenta y pico mil y bajando...vayan pidiendo, verán que pronto comienzan con el circo
y crean comisiones y esos inventos de culo de saco. Pidan, que los “cienes” y “cienes” de millones
ya los están ensacando en Europa. Eso sí, ahora, lo mollar y turgente, los presupuestos, pasan de
largo, faltaría más. Aquí cuentos de lecheras. Lo dicho: Berlanga una estatua en cada pueblo. Y en
Talavera un par de rotondas y una plaza del Urban. Por lo menos.
Leer más...