sábado, 13 de abril de 2013

Fluir

La Tribuna de Talavera, 12 abril 2013.


Es la primavera de los ríos. Es la primavera del fluir, como los aviones comunes que más allá de mi ventana navegan sobre su atmósfera especial, se detienen, giran, ingrávidos y ligeros entre el vuelo raudo de los vencejos. Los ríos son como los pájaros. Cada uno tiene su vuelo, su dibujo en el viento como una firma personal. Hace unos días el Tajo volvía a rugir cayendo sobre las azudas de la Morana. Un sonido de siempre, que recuerdo de hace muchos, muchos años. El mismo. Y fluyen los ríos de la Jara, y las torrenteras de Gredos, y el Guadyerbas baja su vega con rumor de chapoteo de galápago y canto de pinzón. Y el Alberche toma de lado a lado su moridero ancho, ese encuentro mutilado con el Tajo. Y todo fluye, todo vuelve, como las nubes del Atlántico, cada vez menos espesas, y crece la hierba de las dehesas y de las lindes, alta, de otra dimensión.

Es la primavera de la resurrección de los ríos. Este año voy a ver dos, despacio. Uno el Segura que nace a borbotones de agua color esmeralda. Río que nace en Jaén, se almacena en Albacete y se gasta hasta el agotamiento en Murcia. He seguido cómo se llenaban los embalses de la Fuensanta en el propio Segura, y el Mundo y el Cenajo. Cómo el río bajaba limpio, tomando su vega, recuperando su lugar. Y cómo incluso le han dejado llegar, mínimo, al Mediterráneo.

Y otro es el Guadiana. El Guadiana es un río mágico. Y este año van a volver a brotar los Ojos. Me importa menos la suerte de las Tablas como balsa para patos, me interesa la recuperación del acuífero, y, sobre todo, la altura de miras que tendrá que tener el Estado y la Junta de Castilla-La Mancha para delimitar de nuevo el espacio robado desde los años setenta del pasado siglo al Gigüela, al Záncara, el propio Guadiana… tantas llanuras de inundación desecadas, puestas en cultivo y que ahora reclaman los ríos. Sigo las fotos de los satélites e iré a ver los Ojos, mientras la tierra se hunde, se ponen diques y se intenta canalizar la fuerza del agua. Es imposible. El Guadiana ha vuelto. Pronto el agua saldrá de los novísimos Ojos esmeralda a borbotones, con rabia de haber permanecido encarcelada décadas. Curiosamente el mismo tiempo que lleva funcionando el Tajo-Segura.

Algo está cambiando en los ríos. Es la primavera, el verano de los clásicos. Iré a contemplar la resurrección de los ríos. El fluir del tiempo convertido en algo más que agua.
  

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