La Tribuna de Toledo, 27 febrero 2015
Al fin ha llegado el minelarismo, la cosmogonía daliniana se expande en un big bang que es como el Bimbó de Georgie Dann pero más fino y menos setentero. Dios existe porque sale en el BOE, o viceversa. Dios ha creado al hombre para que le adore, el hombre vive en rebaño armónico adorando a Dios, menos Rouco que vive en su ático. Dios que no es el divino Dalí, sino el Dios del BOE. Pero en éstas llegó la crisis, y Rajoy y su cosmogonía del BOE amante de reales decretos y porque síes; y la política post transición se nos desbarajusta, como una falla toledadana que arde y arde mientras el fuego se refleja en las espumas e irisaciones de grasa del Tajo de mentira, porque el original anda por Levante, igual que las fallas de verdad.
La realidad va a ser el surrealismo que nos lleva. Alguien nos está grabando, y dentro de treinta años nos sacará en un programa de televisión, como esos que salen ahora y nos vemos en los ochenta con Ford Fiesta, pantalones sobaqueros y camisas imposibles. Y diremos, como decimos ahora, que qué flojos y que inocentes éramos. Pues eso. El candidato a alcalde del PP para Toledo y el aún alcalde de Talavera vienen a vender un proyecto de recuperación del Tajo. Pero ese proyecto ya está hecho y pagado. ¿Duplicamos? ¿700.000 euros para amigos? ¿Nos han tomado definitivamente por tontos? ¿Bailamos el Bimbó? Si lo único que hace falta es agua, y eso se han encargado ellos en esta legislatura de dejarlo atado y bien atado para Murcia… Espejismo, cartón piedra, en esta España en la que todos hablan a la vez, como en las películas de Berlanga, que cuánta falta nos hace. En Talaverilla el beaterío arrasa plaza y árboles. Es la España moderna del XXI. Fallas en Toledo. La realidad no se puede aguantar. Estamos en un tiempo nuevo, o no…, trasunto o surrealismo. Elija usted.
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