La Tribuna de Talavera, 7 octubre 2011
Borro lo escrito. Hablaba de la raña de la Gila y de las encinas que caminan lentas. Pero tengo en la cabeza, luchando por salir, los números del último año hidrológico relativos a la gestión del Tajo; y del vaciado de Navalcán. Por partes: lo que se ha hecho con el alto Tajo estos dos últimos años es un despropósito. Decir que ha habido barra libre, es poco. Mientras siga en vigor la Regla de explotación, parida de la manera más retorcida los propios beneficiarios, sin tener para nada en cuenta a los que ceden, el Tajo continuará en su tumba. Analizando los números en la web del Segura (en la del Tajo no hay ni un dato) se ha trasvasado el 45 % del agua que ha entrado en Entrepeñas y Buendía, 364 de 766 hm3. Al Tajo no habrán salido ni 270, pero ese dato es secreto de sumario. Al final del año hidrológico en el Segura quedan 103 hm3 de agua trasvasada que no se han gastado, es decir, que han sobrado. Pero el caso es llevársela con avaricia, demostrar con los hechos que el Tajo es suyo.
Todo esto contrasta con el silencio del gobierno de Castilla-La Mancha, que ha decidido que el agua no existe, gracias a que se ha encontrado con los embalses llenos y los acuíferos como nunca en tres décadas. Pero eso no durará, quizá dé para uno o dos años más. Y se acabó. Y en agua, como en todos los asuntos importantes, hay que tener al menos una estrategia de actuación. Pero el gobierno de Castilla-La Mancha no la tiene, o es subterránea, como el agua de los acuíferos sobre la que se asienta la aún Reserva de la biosfera de la Mancha húmeda. Y los Planes de cuenca salen pasado mañana.
Puede que pasen del asunto, que sigan dejando hacer, que rindan armas ante Murcia y Valencia. Pero es un error. No para el que quiera hacer carrera en la Corte a partir del 21 de noviembre, sino para esta región. De momento, y con los números del Tajo de este año, ya alguien tendría que hacer un análisis. ¿Quién? La presidenta, algún consejero... De momento lo hace la Plataforma del Tajo, pero creo que pagamos a un gobierno regional para que defienda los intereses de Castilla-La Mancha. Y Navalcán: la Confederación del Tajo lo ha vaciado con total impunidad, dejándolo al 29 %, para que no se quejen en los regadíos de la Vera. Pero que alguien del gobierno de Castilla-La Mancha defienda –o sepa dónde quedan– las tierras del Guadyerbas y del Tiétar, sería ya para nota. Aquí, como se ve, y no sólo en asuntos de agua y ríos, nos dan por todos los lados y a manos llenas. Nos verán cara de gilipollas.
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