El bosque cabe en su iris negro. Entra la lluvia, y el viento que arrastra las últimas hojas de los robles, y el olor a tierra, y el agua que rezuma bajo las piedras, entre el suelo, sobre el musgo. Dentro han ido a refugiarse el arrendajo y el águila. De allí viene un rumor de cascada, a tempestad lejana. Dentro hay luz, siglos, distancia. El bosque es silencio, se ha guardado dentro. Sólo la niebla que baja y golpea. Profundo, en su mirada, está el tiempo.
Como una alfombra
-
*Cela fue un maestro para Umbral y también un padre. Por eso sorprenden
algunos pasajes de Cela, un cadáver exquisito, el libro que nuestro héroe
le d...
Hace 20 horas
2 comentarios:
Hermoso texto. Su colofón, alta poesía.
Saludos.
Muchas gracias. Más por ser de quien viene.
Publicar un comentario