La Tribuna de Talavera, 5 agosto 2011
Si yo fuera presidente de Castilla-La Mancha, tuviera tres o cuatro sueldos, la vida resuelta, la hipoteca pagada, contactos y tal, y fuera secretario general de un partido que en dos siestas va a tener más poder en España que los Reyes Católicos, el Generalísimo y Felipe González juntos, no me hubiera ido de vacaciones este año. Sí, ya sé que soy muy raro, y que de los hombres se hacen los obispos y desde arriba las cosas se ven distintas. Pero yo no me hubiera ido, las cosas como son, que cada uno tiene su cuajo, y uno tiene clase y categoría porque ha estudiado en Maestría. Y uno es autónomo de los que no le llega el 28 para pagar el cupón. Uno trabaja, sobrevive, se recorre esta bendita tierra de arriba abajo, entra en los bares, escucha, habla, pregunta, toma el aliento a su paisaje. Pero claro, no es liberado, ni nadie le paga tres sueldos, le lleva en coche oficial o AVE; y le echa al día más horas que los segadores de antes de la Guerra. Y quizá por ello considere que hay que estar con los ciudadanos a los que los bancos les quitan las casas; con los autónomos a los que ni Dios liquida una factura; con los obreros de las empresas que este mes tampoco pagan. Pero hete aquí que mi presidenta se va a Marbella, con la que está cayendo en el paisaje regional. Sí, ya sé que ahora vienen las elecciones de verdad, las de Madrid, que Toledo es cabeza de puente. Pero no. Creo que con lo que hay sobre la mesa este año no hay vacaciones. Y no lo digo sólo por lo de las farmacias, que ya me he comprado cinco cajas de jelocatiles contra las migrañas de las dos próximas lunas. Me refiero a todo.
La política, más allá de los gestos, es responsabilidad. Y ni Castilla-La Mancha ni España están para que mi presidenta se vaya de vacaciones a Marbella ni a ningún sitio. Con la Caja regional no se sabe dónde, con todo el mundo descojonándose con el tocomocho del aeropuerto de Madrid Sur-Ciudad Real o como al final lo llamaran; con el Trasvase a rebosar y el Tajo y el Alberche secos en Talavera de la Reina; con un 25% de paro, con los de las farmacias que cierran, con las carreteras vacías porque ya no hay ni para echar gasoil, tomadas por calaminos como en las películas del oeste que echaban/echan/echarán en Castilla-La Mancha Torovisión, este año no tocaba. Está claro que yo no puedo decir a nadie lo que debe hacer. Pero que mañana no me pidan a mí más responsabilidad, que me apriete más el cinturón. Porque en este país los sueldos de los presidentes y políticos los pagamos los ciudadanos con impuestos; y los ciudadanos ya estamos hartos, por los de antes, por estos y por los que han de venir.
lunes, 8 de agosto de 2011
Con la que está cayendo y la/de Cospedal en Marbella
Etiquetas:
Castilla-La Mancha,
Política
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2 comentarios:
tu eres un puto socialista macho hace nada que esta en el poder y ya estas diciendo tonterias y gilipolleces anda a cagar diselo a tu expresidente y como no al bono tontaina
Hola, "Anónimo". Lo borro en unos días, pero antes te digo que se nota que no te has leído ni una de mis columnas anteriores. Léete algunas de las de hace cuatro o cinco años cuando era uno de los pocos –o el único– que criticaba públicamente al gobierno, no como ahora, que a moro muerto ya se sabe. No soy socialista ni pepero, no tengo amo ni tengo por qué reír las gracias a nadie. Digo lo que me parece, y si no gusta, pues eso, hay muchos blogs, periódicos y dentro de tres días una tropa de cortesanos aduladores. Lo de siempre, vamos. Eso sí: espero que este gobierno haga lo mejor para Castilla-La Mancha. Lo que ocurre es que uno no está acostumbrado a ver al emperador/a desnudo y no decírselo. Te repito: pelotas y cortesanos han sido los que han dejado hacer y han hundido a Castilla-La Mancha. Si quieres que vayamos por la misma línea con los nuevos, vale. Yo no. No creo que hayas entendido nada, pero al menos te lo he intentado explicar.
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