La Tribuna de Talavera, 4 mayo 2012
En estos tiempos que vuelan
raudos como vencejos, leo la Historia
verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo,
libro tan imprescindible como lúcido para entender esta España que padecemos.
En él, un capítulo glorioso, el CCX, Diálogo con la Fama, donde el coronista, gastado ya por la vida y
amargado por la gloria de los falsos y el olvido de los merecedores, replica retóricamente
a la Fama que le pregunta dónde están los conquistadores muertos, dónde sus
sepulcros y qué blasones hay sobre ellos que justifiquen su honor y gloria.
Responde el conquistador que los sepulcros de aquellos valientes fueron los
estómagos de los indios, y sus vientres echados a los tigres, sierpes y
halcones. Que allí quedaron sus blasones y aquellos fueron sus sepulcros, todo
por la gloria de Su Majestad, de Dios y de Castilla.
Desde hace días se mueve otra vez
la especie de los oscuros intereses, de que los portavoces de la Plataforma del
Tajo y el Alberche nos meneamos al agua del PSOE. Revival del 2009, pero ahora
del otro lado. El PP ha ignorado a la Plataforma casi un año, ahora la desprecia,
y lo próximo no sé si será la victoria, pero calcan los pasos del PSOE, el
manual al uso. El discurso nuestro no ha cambiado ni un milímetro. Es más: lo podríamos
llevar grabado en una cassete reciclada de gasolinera, porque vayamos donde
vayamos echamos la misma función, y no adornamos la figura al gusto de la plaza
de turno, que la decencia y la responsabilidad hacia lo que representamos,
Talavera de la Reina, va por delante, faltaría más. La Plataforma del Tajo y el
Alberche y sus portavoces, es un ente incómodo, no al uso. Y eso asusta, al PP
y al PSOE, que son los que cortan el bacalao a pachas en esta España
desarbolada como galeón saqueado por piratas ingleses. No es por tanto extraño
que intenten tumbarnos, porque en el fondo su filosofía es la misma: los
importa un bledo el Tajo y el Alberche, y de lo que se trata es hacer caja de
votos, y que todo siga igual, podrido, seco, moribundo y con el Alberche en
Madrid y el Tajo en Murcia. El resto es joder, molestar, tocar las pelotas u
ovarios. Y cuanto antes se neutralice o se aburra a los interfectos que
distorsionamos en el paisaje borreguil, mejor.
Algún día el coronista Miguel Méndez ligará los sucesos de estos años de la
reconquista del Tajo; y pondrá hitos, fechas, nombres y apellidos a traidores,
valientes, cobardes, voceadores y justos. Las medallas y los honores –esto es
España– lucirán en bastardos de los que hacen carrera en la Corte. Pero eso no
importa, porque el objetivo es otro. Por Su Majestad el Tajo, por Talavera de
la Reina, por esta Castilla de primavera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario