viernes, 28 de septiembre de 2012

Cuando el río no suena

La Tribuna de Talavera, 21 septiembre 2012

Mientras en el resto del país no hay problemas de abastecimiento de agua potable, sobra tanta que incluso es posible regar y aún así sigue sobrando; cuando hay tanta agua en el Tajo que este año se ha trasvasado sin ton ni son pese a ser el año más seco del último siglo; cuando Madrid tiene sus reservas intactas a costa del Alberche, que no llega desde hace tres meses a la presa de Cazalegas, y nos meten en la potabilizadora quizá una de las peores aguas brutas que se destina para el abastecimiento en todo el centro de España, y, eso sí, al Canal de Isabel II, a Toledo y a la Sagra va agua de la buena, de arriba, de la limpia; cuando en la presa de Navalcán sólo queda el cieno, poco más de 5 hectómetros cúbicos, y en Rosarito ni las telarañas, porque, claro, el agua es de los regadíos de la Vera; cuando se ha regado la vega con agua del Tajo, porque faltaría más, el Alberche ni tocarlo, y no vayamos a confundir a un regante de Talavera con uno murciano o verato, que siempre ha habido categorías; cuando por los grifos de media comarca de Talavera lo que sale es más que sospechoso, y los camiones cisternas son la solución; cuando el Alberche, el Tiétar, el Tajo son regueros…, nos vienen con eso de la sequía, que no es sino otro de los lugares comunes donde el gestor español defiende su inoperancia, su incapacidad de solucionar problemas. 

Decir que no hay agua en las tierras de Talavera porque hay sequía, es un insulto. Castilla-La Mancha se queda con las sobras del agua de España. Talavera y su comarca con las migajas de esas sobras. Nada. Los embalses de España están al 45%; los del Tajo al 40%; y los de la cabecera del Tajo y el Alberche, al 25%. ¿A alguien le extraña? De nada sirve protestar si a la hora de la verdad se da por buena la situación. La “pertinaz sequía” era excusa/tapadera en los tiempos de Franco. En 2012 es inasumible el precario estado de los sistemas de abastecimiento de Talavera y comarca (sin garantías de calidad y cantidad), porque el agua se la han ido llevando a saco en una legislación de aguas que durante 40 años nos ha machacado. ¿Qué nos queda? Los camiones cisternas, el lodo que se acumula en Cazalegas o Navalcán, y el lecho muerto de nuestros ríos. Ya puede llover porque si no este año ni bebemos. Eso sí: en otros lugares, tranquilos, sin problemas. Pero gracias a nuestra agua, ésa que debería “pasar” por aquí pero que sin ningún pudor e impedimento se han llevado a otros lugares. ¿Que el agua es de todos? Vale. ¿Dónde está la nuestra?

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