La Tribuna de Talavera, 16 diciembre 2011
No entiendo -ni creo que nadie en Castilla-La Mancha lo admita- que usted, Doña María Dolores de Cospedal, presidenta de esta tierra tan grande llamada Castilla-La Mancha, permita que se trasvase una sola gota de agua del Tajo mientras va consejería por consejería con la orden de limpiar a matarrasa. Creo acertar si afirmo que estará conmigo en que no es posible exigir sacrificios, recortes, despidos… mientras que nuestro activo más singular e infrautilizado, el Tajo, el gran río de Castilla-La Mancha, se va a otras regiones más ricas a crear todavía más riqueza. A comunidades que luego nos echan en cara lo paletos y pobres que somos. Y es que cómo no vamos a serlo, si somos tierra de saqueo. Entiendo que usted, señora presidenta, va a tirar de coherencia; porque no creo que con lo que nos está pidiendo, permita que el Tajo siga siendo cortijo de Murcia. Entiendo que usted comprenderá y sabrá mejor que nadie que Castilla-La Mancha no está para «excedentes».
Y es que, perdone el atrevimiento, uno, por deformación profesional, cuando enfoca una empresa, trabajo, lo que sea, lo hace con un proyecto. Quizá sea por la mente cuadriculada, muchos años en Maestría -instituto de categoría de Talavera de la Reina-, con diseños, mediciones, pliego de condiciones, escuadra y cartabón. Quizá por eso me siento cómodo analizando una pila de libros, planos, cotas. La anarquía hecha regla, ordenada, entendible y tangible. Y por ello, señora presidenta, me preocupa que en esta región no haya proyecto. Si se va en serio, no vale sólo con ponerlo todo patas arriba. Hay que explicar a dónde se va. Hay que bajar a la calle, salir del AVE a Atocha, gastar ruedas y explicar qué Castilla-La Mancha se quiere, por la que ahora nos estamos quedando en pelotas. Es decir, mostrar un plan director donde, a medio camino, se pinte el destino.
Porque si no se corre el riesgo de que el futuro se nos vaya, como el agua del Tajo; y se nos perpetúe la cara de perdedores, de que las oportunidades pasan, como los tiempos y las nubes. Y, señora presidenta, como navegamos tiempos de desguace, en el sentido amplio de la expresión, creo que entenderá que los ciudadanos necesitamos respuestas y acción. Porque yo no quiero que esta tierra tan grande que llamamos Castilla-La Mancha, siga siendo de segunda división. Supongo que usted tampoco, pero me lo tiene que demostrar. Y aún no ha comenzado, ni usted ni sus consejeros, aunque les llevemos pagando el sueldo ya cerca de seis meses.
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