La Tribuna de Talavera, 24 febrero 2012
Ayer a mediodía los embalses de Entrepeñas y Buendía bajaron de la raya de los 1.000 hectómetros cúbicos de reserva. La última vez que lo hicieron fue finalizando septiembre del año 2001. Y no volvieron a alcanzar esta cifra hasta el 2 de abril de 2010, casi 9 años después. Ahora mismo el trasvase Tajo-Segura se lleva en tres días y medio la cantidad de agua necesaria para abastecer durante un año a Talavera de la Reina, o a Toledo. Con un caudal de 21,5 metros cúbicos por segundo, el Trasvase es una vez más el “río” con mayor caudal que atraviesa Castilla-La Mancha. El Tajo no alcanza este caudal en ningún punto. Perdón, sí: este fin de semana, para vaciar Azután y así impedir que se disputara el campeonato de Castilla-La Mancha de piragüismo, la presa estuvo soltando entre las seis de la tarde del sábado y las seis de mañana del domingo un caudal de 162 m3/s, suficiente para bajar el nivel del embalse un metro. Vivan las causalidades.
Vaciar Entrepeñas y Buendía es una temeridad: ecológica, económica, social y política. Cuando acabe febrero estaremos en el año hidrológico más seco de los últimos cien en la cuenca del Tajo. El año que viene por estas fechas cualquier decisión de trasvase irá a Consejo de Ministros, y el nuevo Plan de cuenca del Tajo se peleará con la cabecera del Tajo vacía; y llevaremos un año sin caudal en Talavera, y probablemente sin agua en el Alberche. Madrid ya ha despertado y pide su trozo de Tajo, independientemente de que “Las Vegas” de Alcorcón se edifiquen, rieguen y adornen con agua del Alberche. La película ha cambiado desde 1998 que Bono negoció –un decir, claro– el último plan del Tajo: los excedentes, la raya absurda de los 240 hm3 en cabecera. La foto no es la misma. Y qué decir de 1967 ó 1979. Si Castilla-La Mancha quiere cambiar su sino, tiene que dejar de funcionar como la cisterna de media España. Y eso pasa por negociar ahora los Planes de cuenca: Júcar, Segura, Guadiana, Guadalquivir, y, sobre todo, Tajo.
Vienen tiempos muy interesantes. Pero de momento el saqueo del Tajo continúa. En la década pasada hicieron falta casi 10 años para recuperar la cifra de los 1.000 hm3. La gestión de Aznar y Zapatero consistió en llevarse cuanto más mejor, amparados en la más que discutible legalidad del plan de cuenca de 1998. Rajoy ha comenzado igual. Alguien debería decirle que los tiempos han cambiado. Aquí al menos, en Talavera lo tenemos muy claro. Al tiempo.
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