La Tribuna de Talavera, 3 septiembre 2010
Bajan los buitres sobre el cerro del Pino Tabernero, en la raya de Almorox. Paro en el alto, junto a la Senda del Cerro de los Judíos, que así llaman los mapas antiguos al camino de polvo y siglos que cruza la carretera entre los piñoneros. Vacas color vainilla sesteando, cruzadas mil veces con limusinas y charolesas. Barrunto de tormenta. Bochorno. Los buitres leonados pasan a diez o doce metros por encima. También viene algún negro, señorial, de otro tiempo. La Senda de los Judíos en otros mapas se llama Cordel de Talavera. Los coches pasan rápidos, entre Villa del Prado y Almorox, o Cadalso de los Vidrios, o cualquier sitio. Urbanizaciones inmensas que llenan los prismáticos de tejados rojos y parabólicas. Los buitres pasan abanicando a las mujeres que con la bolsa de la compra en la mano esperan en la parada de autobús.
Ni se inmutan, ni las mujeres ni los buitres. Una familia de cuervos ladra en lo alto. Abajo los camiones diminutos pasan por los huecos que deja el pinar. Piñoneros enormes. Raya blanca de las canteras. Torretas de luz, de teléfonos, de basura en general. Paisaje antiguo, huele a pino, orégano y boñiga de vaca. Una calzada alta. Buitres jóvenes bajando ahí mismo. Pasan prudentes autobuses verdes de El Gato; a toda hostia los coches, y alguno pita y le pega un grito al gilipollas que mira con los prismáticos y hace fotos. Esta mañana la culebrera cazaba en las lindes del monte del Alamín, blindado –como siempre– por los cuatro costados. Alberche diminuto. Leí, dos o tres veces, a la sombra de un fresno la columna inmensa de Ángel, Jacinto el Chupaligas. Va a ser un buen curso. Ahora pongo la radio del coche y están echando lo del debate de la región. Coñazo superlativo, lo de siempre, pero ya sin ganas, como los ojos de los besugos que nadie quiere en Mercamadrid. Lo quito, qué susto. En una radio poligonera de Madrid, suena, entre el ruido de la distancia, el Crazy Train con la guitarra de Randy Rhoads. A ver si arreglo la antena. Lo dejo, faltaría más. Arrendajos en el arroyo del Moro. Sombras en Aguenfría, en las Cruces. Lo que habrá visto esta tierra. Remolinos de polvo negro en la Senda de los Judíos. Caen los buitres hacia Cenicientos. Me voy con ellos. La radio chisporretea. La nube se prepara.
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