Desde que arreglaron hace un año las compuertas del embalse de Cazalegas, ya no se escapa ni una gota. El caudal ecológico, eso de que corra agua por los ríos, es algo de lo que no sabe la Confederación Hidrográfica del Tajo. El río Alberche, uno de los afluentes más caudalosos del Tajo, lleva meses sin agua en su último tramo, en su encuentro con el Tajo. Sólo las aguas residuales de las urbanizaciones y parcelaciones, y el agua residual de los polígonos industriales que se han comido los encinares. Pero nada de agua más allá de las compuertas del embalse.
El resultado es el espectáculo del río muerto, convertido en espejismo sucio de lo que fue. Esta imagen vale por todo lo que se pueda decir: fotografía aérea del puente de la carretera de Madrid en la entrada a Talavera de la Reina. El cauce antiguo, ancho, convertido en un desierto de arenas muertas. El cauce nuevo, un par de metros de anchura, un charco putrefacto.
El viaje en el tiempo de Caspar David Friedrich
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*Es un hermoso día de agosto del año 1818; el sol brilla radiante, el mar
centellea. Han subido temprano a bordo del pequeño velero en Wiek, en la...
Hace 17 horas
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