Desde que arreglaron hace un año las compuertas del embalse de Cazalegas, ya no se escapa ni una gota. El caudal ecológico, eso de que corra agua por los ríos, es algo de lo que no sabe la Confederación Hidrográfica del Tajo. El río Alberche, uno de los afluentes más caudalosos del Tajo, lleva meses sin agua en su último tramo, en su encuentro con el Tajo. Sólo las aguas residuales de las urbanizaciones y parcelaciones, y el agua residual de los polígonos industriales que se han comido los encinares. Pero nada de agua más allá de las compuertas del embalse.
El resultado es el espectáculo del río muerto, convertido en espejismo sucio de lo que fue. Esta imagen vale por todo lo que se pueda decir: fotografía aérea del puente de la carretera de Madrid en la entrada a Talavera de la Reina. El cauce antiguo, ancho, convertido en un desierto de arenas muertas. El cauce nuevo, un par de metros de anchura, un charco putrefacto.
El libro de todos los libros
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A lo largo de casi cuarenta años, desde que en 1983 apareció *La ruina de
Kasch*, hasta que en 2019, dos años antes de su muerte, publicó *El libro
de ...
Hace 22 horas
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