La Tribuna de Toledo, 24 enero 2014
Si a usted a media tarde entra en uno de eso bares de carretera que pespuntan la geografía de distancias de Castilla-La Mancha, uno de esos bares con jubilados echando la partida de cartas, con los indios y los vaqueros a tiro limpio en una película del oeste sesentera en Castilla-La Mancha Torovisión, o una corrida de toros enlatada y rancia… sacará dos conclusiones de las conversaciones de los parroquianos adictos a la televisión del régimen. La primera: que los alcaldes de Toledo y Cuenca son unos desaprensivos, que deberían estar en el cuartelillo, unos guarros que tienen las capitales como unos zorros, llenas de baches, sucias y lo más parecido a suburbios de ciudades tercermundista. Y lo segundo: que Cospedal es un mal bicho, que mírala, otra vez en Madrid, en Sevilla, en donde sea, menos aquí, ¿cobrará sueldo este mes?... Un par de botellines con una bandejilla de alcahueses rancios en cualquier pueblo o carretera perdida, tienen más valor que esas encuestas cocinadas y amañadas para mayor gloria del que paga, que la independencia y el rigor hace tiempo que se enterraron en esta democracia errabunda que nos gasta sin compasión.
La propaganda del régimen ahora se vuelca en el centenario –el que sea y de lo que sea– del Greco, como antes el anterior régimen lo hizo con lo del Quijote, y nos dio el coñazo hasta aburrir, mientras se gastaba los cuartos para gilipolleces varias. Reconozco que me importa poco la cultura de salón, que lo mío es más la cultura de los espacios, del paisaje de lo vivo, de la libertad, de las águilas y las dehesas, y de esos castillos que se caen a cachos de puro viejo y abandono. Aquí, con lo del Greco, aparte del empacho, ya habrá quien se lo lleve crudo, como antes con lo del Quijote, pero qué más da, somos ricos, nos sobra de todo; una presidenta ausente, unos ríos confiscados por las regiones periféricas con la aquiescencia de aquí…; nos sobra todo porque quizá no seamos nada, y la indolencia se nos va en recordar centenarios, tiempos pasados, mientras éste, el ahora, se nos escapa entre las manos.
En la tele plana, tropecientas y pico pulgadas, Sterlin Hayden observa con mirada azul a la chica, morena, que son las mujeres por las que de verdad se puede perder la cabeza, mientras se da la vuelta y se marcha caballero en su cimarrón y sale el The End. Comienzas las noticias en Castilla-La Mancha Torovisión, pago los botellines y me voy. La gente mira los titulares, hay que joderse, dice un tipo que va por el segundo Dyc con cola, vaya tropa. Algo huele a podrido en Toledo y algo se derrumba en Cuenca, vamos lo de siempre. Luego Cospedal riéndose en cualquier sarao. Disculpen si no pongo los comentarios.
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