Éste es el lugar más alejado del mar. Tanto del Atlántico como del Mediterráneo. Y se nota. Nombela es un pequeño pueblo que descansa sobre la falda meridional de la Sierra de la Higuera. Tierra de encinares abiertos en lomas que caen hacia el Alberche, y de monte espeso en los berrocales que trepan hacia la divisoria con Madrid. Allí los enebros van asfixiando lentamente a las encinas, el bosque se recupera y se cierra. En Nombela se quiso ubicar hace 20 años el cementerio nuclear. Ayer el pueblo dormitaba tranquilo, y los viejos al sol miraban pasar a los pocos coches que se desvían ya desde Escalona. Es una tierra tranquila, despejada y cálida. Ayer los arroyos bajaban llenos de agua cantarina que rompía sobre el granito. las águilas estaban a lo suyo, y las perdices no se apartaban del camino. Este continuo de vida que son las sierras de San Vicente y la Higuera, al atardecer, se muestra en capas superpuestas donde, en las cimas, se adivinan los castros y fortalezas que atalayaban el Tajo en los tiempos antiguos. Ayer el monte olía a jara, y la siembra lo llenaba todo con el verde nuevo. El paisaje estaba detenido en su atardecer, en ese lugar donde, por un instante, reviven todos los tiempos.
martes, 8 de marzo de 2011
El lugar más lejano del mar
Etiquetas:
Alberche,
Nombela,
Sierra de la Higuera
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario