domingo, 28 de abril de 2013

Distancia

La Tribuna de Talavera, 26 abril 2013

Desde mi ventana los castros vettones de la sierra de San Vicente se alinean, paralelos, como los Senos de Saba de H. Rider Haggard, o las Tetas de Viana de la Alcarria. Las montañas, al cabo, siempre son femeninas, excepto Gredos. Desde mi ventana el viento sucio del este ha dejado la tarde con un tono zarco y denso. Me gustan las tardes transparentes, cuando los buitres se descuelgan desde la peña de Cenicientos y los veo bajar por el Alberche hasta atravesar esta Talavera que siempre está en medio, pero nunca en el centro, sino en un pasar e ir, en un venir y salir. Vivo a la altura de los vencejos, que pasan una y otra vez, y los aviones comunes y alguna golondrina despistada. Los cernícalos cazan al atardecer y el espacio es vida. Lejos, las piras de humo se levantan y se aplastan horizontales contra los encinares del Alberche. Hoy Gredos sólo se presiente, con –arriba– una nube inmensa que dibuja la línea del cielo abierto y de las nubes. La raya de las nubes que vienen del Mediterráneo, la frontera de los territorios ignotos del Atlántico que nunca se atreven a cruzar.

Abajo, a ras de suelo, un contenedor de basura. Cada vez que miro alguien está abriendo la tapa. Mira, rebusca, coge algo o nada y se va. Algunos vienen con un carro de la compra, de hacer el recorrido. Los contenedores de basura se abren más para recoger cosas que para tirar basura. Es la paradoja y la metáfora de este tiempo tan incierto como real. Sobran los números, bastan las miradas. Este país ha alcanzado su límite elástico como el acero cuando se le tracciona más allá de la cuenta. Va a colapsar, como colapsan las estructuras carcomidas y sobrecargadas. Es cuestión de tiempo. Sobran diagnósticos, faltan decisiones, luces y arrojo. Y el tiempo se va, y las personas no son número sino personas, y una vida es una vida.

Éste es el tiempo de las distancias. Se ha acabado una época. Un hombre no elige su tiempo. Sí su lugar en ese tiempo. Vuelan los vencejos y suben y suben más allá de las nubes zarcas de esta tarde, sobre las terrazas de los castros vettones que observan y atalayan y guarecen distancias de milenios.
Share/Bookmark Leer más...

sábado, 13 de abril de 2013

Fluir

La Tribuna de Talavera, 12 abril 2013.


Es la primavera de los ríos. Es la primavera del fluir, como los aviones comunes que más allá de mi ventana navegan sobre su atmósfera especial, se detienen, giran, ingrávidos y ligeros entre el vuelo raudo de los vencejos. Los ríos son como los pájaros. Cada uno tiene su vuelo, su dibujo en el viento como una firma personal. Hace unos días el Tajo volvía a rugir cayendo sobre las azudas de la Morana. Un sonido de siempre, que recuerdo de hace muchos, muchos años. El mismo. Y fluyen los ríos de la Jara, y las torrenteras de Gredos, y el Guadyerbas baja su vega con rumor de chapoteo de galápago y canto de pinzón. Y el Alberche toma de lado a lado su moridero ancho, ese encuentro mutilado con el Tajo. Y todo fluye, todo vuelve, como las nubes del Atlántico, cada vez menos espesas, y crece la hierba de las dehesas y de las lindes, alta, de otra dimensión.

Es la primavera de la resurrección de los ríos. Este año voy a ver dos, despacio. Uno el Segura que nace a borbotones de agua color esmeralda. Río que nace en Jaén, se almacena en Albacete y se gasta hasta el agotamiento en Murcia. He seguido cómo se llenaban los embalses de la Fuensanta en el propio Segura, y el Mundo y el Cenajo. Cómo el río bajaba limpio, tomando su vega, recuperando su lugar. Y cómo incluso le han dejado llegar, mínimo, al Mediterráneo.

Y otro es el Guadiana. El Guadiana es un río mágico. Y este año van a volver a brotar los Ojos. Me importa menos la suerte de las Tablas como balsa para patos, me interesa la recuperación del acuífero, y, sobre todo, la altura de miras que tendrá que tener el Estado y la Junta de Castilla-La Mancha para delimitar de nuevo el espacio robado desde los años setenta del pasado siglo al Gigüela, al Záncara, el propio Guadiana… tantas llanuras de inundación desecadas, puestas en cultivo y que ahora reclaman los ríos. Sigo las fotos de los satélites e iré a ver los Ojos, mientras la tierra se hunde, se ponen diques y se intenta canalizar la fuerza del agua. Es imposible. El Guadiana ha vuelto. Pronto el agua saldrá de los novísimos Ojos esmeralda a borbotones, con rabia de haber permanecido encarcelada décadas. Curiosamente el mismo tiempo que lleva funcionando el Tajo-Segura.

Algo está cambiando en los ríos. Es la primavera, el verano de los clásicos. Iré a contemplar la resurrección de los ríos. El fluir del tiempo convertido en algo más que agua.
   Share/Bookmark Leer más...

viernes, 5 de abril de 2013

Memorándum

La Tribuna de Talavera, 5 abril 2013

Así es el nombre que ha recibido el acuerdo que van a firmar la próxima semana los gobiernos de España, Valencia y Murcia contra el de Castilla-La Mancha. Sí, suena fuerte, y quizá si en vez de ser Castilla-La Mancha fuesen, un suponer, el País Vasco, Cataluña o Andalucía –regiones serias– abriría telediarios y daría para dar y tomar a los opinadores de todo que se ganan el jornal en las tertulias. Pero esto es Castilla-La Mancha y el Tajo el objetivo, e importamos muy poco. Recapitulemos: el marco jurídico español y europeo obliga a todos los Estados a gestionar los ríos mediante planes de cuenca. Pero como el borrador del plan del Tajo deja “tocado” al Tajo-Segura, el Ministerio organiza un pacto para una vez aprobado el decreto del plan de cuenca del Tajo, retocar las leyes que rigen el trasvase, modificando a su vez el plan del Tajo. Es decir: pegar el cambiazo a Bruselas, que es con quien tiene compromiso.

Este timo de la estampita hidrológico probablemente sea en la ya larga historia del trasvase Tajo-Segura –que viene a ser la del ocaso del propio Tajo–, la cosa más sucia que me he encontrado. Puedes entender los manejos de la década de los sesenta del pasado siglo, con una dictadura y tal. Pero no los del 2013 en un Estado –dicen– de Derecho. Dejo para los políticos la pose forzada de cordialidad, eso de todos hemos ganado, se ha acabado la guerra del agua y esas tonterías; mientras las navajas vuelan –de momento– debajo de la mesa. El caso es que todos contra el Tajo. Y contra Castilla-La Mancha. Y un documento vinculante que modifica dos o tres leyes, redacta las reglas de explotación del Tajo-Segura, diseña la comisión de explotación y abre la puerta de par en par a lo eufemísticamente denominado “cesión de derechos”, que no es otra cosa que el Estado permita a gran escala la compra-venta (subvencionada) del agua de los regantes del Tajo por parte de los del Segura.

Castilla-La Mancha ha dicho que no quiere saber nada. Faltaría más. La consejera de Fomento, en su línea, ha sido muy elegante ante este golpe de Estado orquestado –manda narices– por el propio Estado. En Murcia y Valencia se preparan, afilan sables y unifican lo mejor de sus huestes, como en los desfiles de moros y cristianos. ¿Aquí? Pues como siempre. Unos trabajando y otros poniéndose las medallas. Y la Junta laminando la avenida, entre el esto no va conmigo y encajando el “fuego amigo”, los cañonazos del ministerio y Murcia y Valencia.

Es lo que hay.
Share/Bookmark Leer más...