sábado, 23 de marzo de 2013

27 tuits sobre el "golpe de Estado" en el proceso planificador del Plan de cuenca del Tajo

Algunas reflexiones personales sobre el estado de la cuestión del proceso planificador del plan de cuenca del Tajo.

Estamos en marzo de 2013. En junio de 2013 comenzaremos a planificar el plan de 2015. Antes de tener el de 2009. Una locura sin sentido.

Bruselas ha dicho que ya no espera más a España y amenaza con multas. Así, sale el plan del Tajo, llave de los del Segura y Júcar.

El día antes de salir el plan del Tajo, la victoria era del Levante: habían cerrado el plan con el ministerio. Habían ganado. Euforia.

Un día después de salir el plan, ya no vale al Levante: se creará una "comisión" en base a un "memorándum". Murcia, Valencia y ministerio.

El final de la "guerra del Tajo" sólo ha durado un día. Ha reventado. El ministerio, Murcia y Valencia contra Castilla-La Mancha.

Hay un plan malo; y un antiplán. El plan oficial y el plan que se cocinará en una comisión a oscuras entre el ministerio y el Levante.

Y donde no estará Castilla-La Mancha. Y espero que por dignidad no entre.

El borrador de plan del Tajo reduce el trasvase a una media de 150-200 hm3/año. Es lo que hay. En ciclos secos: 0 hm3.

Aparte de las "apariencias" políticas y las escenificaciones, es lo que hay. Se sabe en el Levante. Y para remediarlo está el Plan B.

Que el Ministerio ignore el proceso planificador legal y acuda a negociar al callejón de atrás, da la justa talla de la situación.

A los ribereños nos han echado un plan como a los perros un hueso, para que se peleen, mientras las tajadas se reparten en otro sitio.

Y, mientras, se "negocia" modificar la ley del trasvase y todo el aparataje jurídico, con mayor rango legislativo que el plan del Tajo.

Y como en C-LM y en Bruselas son gilipollas, pues no pasa nada. A última hora, cambiazo. Y dejamos todo más atado de lo que estaba.

Asistimos a un pulso político. Las formas no se han guardado ni un día. Y el Levante fía a un "memorándum" la suerte del trasvase ¿Por qué?

Un memorándum que debe ser público, y que escenifica los increíbles niveles de degradación de la política en materia de agua en España.

Quiero saber qué dice el Plan B del ministerio. Luz y taquígrafos. ¿O qué cachondeo es éste?

En la cuenca del Tajo vamos a tener que pelear contra dos borradores de planes de cuenca. Lo haremos.

Una vez más Castilla-La Mancha contra todos. Madrid (Comunidad) pasa.

La presión va a ir subiendo. Y hay que pedir muchas explicaciones. No se darán. Quizá sí a Bruselas.

Pero lo que está pasando con el Tajo es bochornoso.

Buena parte de lo que dice este consejero, de pactarse en un plan B, revienta el corpus jurídico en materia de agua.

Tanto español como de la Unión Europea. Esto da el nivel de la indignación del ministerio y los gobiernos de Murcia y Valencia.

Hay más. Pero por hoy vale. La guerra continúa. Sólo se ha removido un poco más el avispero.

La consigna en el PP es sonreír, enseñar los dientes. En el PSOE disparar a todo lo que se mueva. Es lo de siempre. El juego político.

La de los que defendemos el Tajo es desmontar los dos planes. El doble de trabajo que los compañeros del Ebro, Duero, Guadalquivir...

A ello.  
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viernes, 22 de marzo de 2013

Día mundial del Agua: viernes de Dolores

La Tribuna de Talavera, 22 marzo 2013
Bombeo del Tajo-Segura en Bolarque.

La guerra del Tajo continúa. Y continuará hasta que se cierre el Tajo-Segura, en Bolarque, y se dinamiten los tubos. Punto. No hay otra. Argumentos de todo tipo sobran: o hay Tajo o hay Tajo-Segura. Ahora el borrador del plan de cuenca plantea un escenario nuevo: con los números en la mano, y a la espera de las negociaciones bastardas que mantiene a oscuras el Levante con el Ministerio, el trasvase se queda en la mitad y el Tajo en la otra mitad. Tenemos el Tajo salomónico, pero con el niño partido en dos, sangrante. Ni para ti ni para mí. Cierto que antes era sólo del Levante, pero ahora tampoco es sólo del Tajo.

Ahora la gestión del Tajo gravita sobre Talavera, no sobre los falsamente denominados excedentes trasvasables. Mejor dicho. Talavera desapareció hace quince años. Y sabemos el resultado. Está claro que el trabajo de todos estos años de la Plataforma del Tajo y el Alberche no ha servido para nada, y ha sido a última hora el alcalde de Talavera con su trabajo denodado quien ha enderezado el rumbo, magnífico timonel de la situación. Enhorabuena. (Cierro modo irónico). Que cada uno se ponga las medallas que quiera, como un general ruso. Pero aquí todos sabemos quiénes somos y dónde estamos. Y la talla de cada uno. Yo ya he escrito aquí y he dicho públicamente quién ha peleado por el caudal del Tajo en Talavera. El trasvase se queda en la mitad, y el 80% de las decisiones de trasvase se tomarán en Consejo de ministros. Ahí es nada. Pero que nadie se engañe: no es suficiente. Hay que llegar a 20 metros cúbicos por segundo en Talavera. Y ésa es la cifra. Es mi cifra. Y los 400 hm3 de Entrepeñas y Buendía se tienen que convertir en 800 hm3 (me da lo mismo el 10% que el 16%). Por dignidad y por justicia con los ciudadanos del alto Tajo, a los que se trata como a una mera colonia. Y porque técnicamente no hay otra.

Después de leer y estudiar los miles folios, prepararemos alegaciones contundentes, volveremos a Bruselas y a los tribunales, los de aquí y a Estrasburgo. Esto no acaba. Es un punto de inflexión. La guerra sigue abierta, como el trasvase. Aún queda para que el Tajo vuelva, y modificar la gestión del Alberche. Y desmontar todo lo que, ya, se está tramando a espaldas del borrador a información pública. Yo sigo, que el arte es largo y, además, no importa. 
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viernes, 15 de marzo de 2013

Ante la posible destitución del presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo


Ayer jueves 14 de marzo el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Arias Cañete, se reunió con los regantes del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura. Hoy, según indica en su Twitter la periodista Inmaculada Mardones, los regantes que manejan el agua del trasvase y son un elemento clave en la balanza social y política de Murcia y Alicante, exigieron al ministro la cabeza del presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo. Esta noticia se suma a lo que hace pocos días conocimos: que Francisco Cabezas, director del Instituto Euromediterráneo del Agua, institución suculentamente mantenida por los gobiernos levantinos, acudía –asumiendo prácticamente las funciones de director general del Agua del ministerio–, a las reuniones que se mantienen para intentar cerrar el plan del Tajo entre las Comunidades afectadas y el ministerio.

Ahora los regantes del Segura directamente le han exigido al ministro el cese fulminante de Miguel Antolín, presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo ¿Su delito? Intentar elaborar un nuevo plan de cuenca del Tajo que se ajuste a los requerimientos de la Directiva Marco del Agua y que, al menos, contemple que el río siga vivo, tenga caudal más allá del escaso reguero que llega a Aranjuez, y garantice las mínimas reservas en la cabecera (Entrepeñas y Buendía) para los usos en la propia cuenca, incluidos los abastecimientos en Castilla-La Mancha y Madrid. Pero los regantes del trasvase Tajo-Segura tienen muy claro que el Tajo es suyo, y que el plan de cuenca del Tajo hay que elaborarlo según sus intereses. No les importa los miles de documentos que certifican la desesperada situación de la cabecera del Tajo, su incapacidad de satisfacer las demandas, la disminución de más del 50% de las aportaciones naturales desde finales de la década de los años setenta del pasado siglo, el incremento lógico de las necesidades de Madrid, de los pueblos ribereños de Guadalajara y Toledo... No. Los regantes del trasvase Tajo-Segura siguen anclados en una política egoísta de máximos, donde no importa nada la suerte del Tajo, porque reciben suculentos volúmenes a precios ridículos, despreciando otras soluciones; y, por supuesto, sin querer entender que el Tajo tiene unas necesidades, necesidades que la legislación española y europea anteponen. De ahí que se quiera minimizar las demandas de la propia cuenca, y maximizar los excedentes, pese a que una lectura técnica y sensata de la realidad del Tajo arroja un escenario que se quiere negar.

Pero esto, que los regantes hagan todo lo posible dentro y fuera por mantener su statu quo, anacrónico e insostenible, se entiende. Ellos tienen su negocio, su poder, su capacidad de presión, mueven muchos votos, y han hecho del agua –con el aplauso y aprovechamiento– de los gobiernos autonómicos, una herramienta, tan útil como peligrosa; tan utilizable, como en un momento dado, incontrolable. Lo que no se entiende es cómo todo un ministro del Gobierno de España, se pliega a sus intereses. Un ministro, Arias cañete, que hace gala de tener a Europa y a sus instituciones como marco de actuación, se pasa por el arco del triunfo la Directiva Marco del Agua, y permite que un grupo de presión le dicte quién debe dirigir la Confederación Hidrográfica del Tajo. Probablemente un testaferro que firme o saque a información pública un borrador de plan de cuenca donde el Tajo continúe siendo una auténtica hidrocolonia, donde Entrepeñas y Buendía sigan siendo de facto la cabecera del Segura, y donde sus habitantes se limiten a contemplar una y otra vez cómo las reservas que costosamente el Tajo almacena, se van desde Bolarque a los negocios de los regantes del SCRATS. O un plan de cuenca que se olvide de que Talavera de la Reina necesita un caudal para que el río no se seque durante tres o cuatro meses al año. O que dé por buenos caudales de risa en el Tajo a su paso por Aranjuez o Toledo.

El ministro Cañete se equivoca si cesa al presidente de la CHT. Pero si lo hace, que nombre directamente a Francisco Cabezas, o a José Manuel Claver. ¿Para qué guardar las formas? Ya tiene a una directora general, Liliana Ardiles, que se decanta abiertamente por los regantes del Segura, y un secretario de Estado que se pone de perfil porque lo que aquí se sustancia, el plan de cuenca del Tajo, es una cuestión política, donde los aspectos ambientales, hidrológicos, están en una tercera o cuarta fila. El Tajo sigue en su Guantánamo hidrológico, es un río maldito, y, por lo visto, lo seguirá siendo con Arias Cañete como ministro.

Por ello, señor ministro –permítame la cercanía– no voy a caer en la impertinencia de los regantes del Tajo-Segura. A mí no me mueve ningún interés económico. Sólo el Tajo. Destituya si así lo considera al presidente de la CHT, tire por la borda su trabajo y el de su equipo. Le va a dar lo mismo. Hágase caso de las voces interesadas de los grupos de presión trasvasistas, y siga por ese camino. En Bruselas se lo haremos ver. Usted, tan europeo, tan seguidor de las Directivas, se va a encontrar un día cuando aterrice en Bruselas con la horma de su zapato. Porque o saca adelante un plan de cuenca del Tajo serio, acorde con la Directiva Marco del Agua, donde garantice las demandas de la propia cuenca… o el plan del Tajo se le va a atragantar aún más. Tenga coraje para poner a cada uno en su sitio, no permita que grupos de presión con intereses muy particulares le marquen el camino ni le quiten ni le dicten cargos. Usted, me permito recordarle, es un ministro del reino de España. No un mandado de los regantes del SCRATS y sus negocios.    
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viernes, 8 de marzo de 2013

La Jara en venta

La Tribuna de Talavera, 8 marzo 2013

Si no me fallan las cuentas, la Junta pretende vender cerca de 5.000 hectáreas de montes públicos sólo en la Jara, en los Montes de Talavera. Además, claro, de El Dehesón del Encinar. Tengo claro que éste último no se venderá, porque no creo que traguen los alcaldes de la Campana y vean como una de sus fincas –sí, suya, de los pueblos, de los ciudadanos– pasa por circunloquios extraños a manos de los megaterratenientes del lugar. Pero sí temo por las fincas de la Jara, esa tierra dura, áspera, a trasmano, tan vacía como plena de vida y belleza. En esos santos desiertos de la antigua tierra de Talavera, los montes públicos son mayoría, frente a la concentración de la tierra en manos de unos pocos como ocurre en los Montes de Toledo o Ciudad Real. Esta diferencia reside en el trato que Talavera dio a su tierra desde el medievo: permitió la creación de aldeas, posadas de colmenas y la mayor permeabilidad de su territorio.

En cambio, en los Montes de Villa Real y Toledo, sólo la Desamortización logró parcelar el territorio, pero en grandes lotes que fueron a parar a los terratenientes, fincas que se han conservado durante el tiempo y configuran un espacio cerrado como pocos, donde la propiedad privada queda clara en los grandes cartelones que dan acceso –mejor dicho, lo impiden– a las fincas. En cambio, los Montes de Talavera conservan aún esa impronta de siglos. Los montes públicos son mayoría, permiten aún que puedas andar por la Jara sin que te metan un tiro, o al menos puedas decir que estás pateando suelo “público”, que no es poco. Llama la atención, por otro lado –y es algo que la consejera de Agricultura debería explicar ya–, que dos de las fincas a vender en Los Navalucillos y en Los Yébenes albergan sendas pistas de aterrizaje de un kilómetro de longitud cada una. Y ambas fincas son linderas con las de dos grandes propietarios, muy conocidos en el mundo cinegético. ¿Las vendemos también porque no “producen” y a precio de secano del malo? Vamos, que no cuadra el asunto.

Las cinco mil hectáreas que se quieren vender a los “amigos” en la Jara, son más que tierra. Son el resultado de siglos de historia, de un territorio abierto, frontera y refugio. Una tierra pobre, pero libre. No, la Jara no se vende. Si es preciso resucitaremos a los cuadrilleros de la Santa Hermandad Vieja de Talavera. Ahora los golfines no se emboscan entre jaras y madroñas, sino medran en palacios toledanos. No importa. La Jara, los Montes de Talavera, no se venden.


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