viernes, 25 de septiembre de 2015

Unidad por el Tajo

La Tribuna de Toledo, 25 septiembre 2015



Al Tajo sólo lo salvará y recuperará la unidad. Y también la memoria, y la lucha, y la rabia, y el recuerdo de que sólo somos lo que conseguimos pelear. Muchas veces me he recostado sobre los pretiles de los puentes que lo cruzan y me he preguntado si alguna vez podré contemplar al Tajo que fue, al que se llevaron, al que robaron las aguas color azul profundo de los perdederos del alto Tajo, encalada con el verde limpio y refulgente de los ríos del Guadarrama y Gredos. Me he preguntado si alguna vez volveré a contemplar al Tajo vivo y libre, porque la libertad no se negocia, no se emplaza a fechas ni a quizás. Se agarra y se respira. Y el Tajo lleva demasiado tiempo en coma inducido, secuestrado, robado, apaleado, confinado en su Guantánamo de leyes bastardas y traicioneras.

Hubo un tiempo en que España fue ejemplo mundial de planificación hidrológica. La visión de cuenca hidrográfica, más allá de los intereses particulares territoriales, sembró ejemplo a uno y otro lado del Atlántico. Perdido ese norte, ahora la política “hidroilógica” la dictan políticos de medio pelo e ingenieros sumisos y a sueldo de constructoras, anclados en postulados de medio siglo atrás. La política hidrológica nacional la diseña un lobby bien cebado con las aguas del trasvase, que da para tanto como para engrasar fundaciones, secretarías de Estado, y mamoneos y prebendas a orillas del Júcar y Segura. El trasvase Tajo-Segura es tan innecesario como anacrónico, pero es un trasvase de riqueza y de recursos públicos muy subvencionados, a manos privadas, incluidos sindicatos de regantes y todo el negocio (en su más amplia acepción) que esto conlleva.

El Tajo está muerto simplemente porque no hay voluntad política para cumplir leyes y planificar con visión y moldes del siglo XXI. El Tajo es un cadáver agotado, putrefacto y maloliente porque interesa políticamente en Madrid que continúe así. No hay razón técnica o hidrológica para que el Tajo se encuentre en este estado de abandono, sólo que si los ciudadanos no nos podemos ni acercar a él, es más sencillo robar sus aguas a espuertas, usarlo para producir kilovatios, desangrarlo y convertirlo en un vertedero.

Mañana por primera vez en la historia dos países, España y Portugal se unen para clamar que vuelva el Tajo. Que vuelva nuestro río, el río de los ciudadanos, de los ribereños. No de los dueños del Tajo, de los regantes del trasvase Tajo-Segura, de las hidroeléctricas y nucleares, de la infame regulación que lo seca y reduce a hilos, de una gestión española que lo envía muerto y mínimo hacia Portugal, que lo confina a pudrideros inmensos en los embalses extremeños. Más de veinte localidades a orillas del Tajo dirán que quieren recuperar su río, que se cumplan las leyes, que otra gestión es posible. Unidad por el Tajo, unidad en España y Portugal, que aquí no hay fronteras. Unidad de sus gentes. Unidos por un río, por un futuro.

Mañana sal a la calle. Asómate al Tajo. Protesta. Pide lo que te corresponde, lo que nos corresponde. Un Tajo vivo. El cierre del Trasvase Tajo-Segura. El Tajo sólo regresará si lo gritamos, si lo luchamos. Que no se nos olvide.
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