viernes, 18 de octubre de 2013

¿Por qué da lo mismo una reserva de 240 ó 400 hm3 en Entrepeñas y Buendía?

Defender como un éxito haber aumentado la reserva de Entrepeñas y Buendía de 240 a 400 hm3, es engañar al personal. No sirve para nada. ¿Por qué?

A partir de ahora van a cohabitar dos tipos de trasvases: el que conocemos de siempre, y el que resulte de las ventas de los derechos de riego aguas debajo de Entrepeñas y Buendía (éste fuera de cualquier regulación y control, más aún que el actual). El meollo de la cuestión no está en la reserva de 240 hm3 o 400 hm3 en cabecera, sino en el volumen que tiene que salir hacia el Tajo. Ahora la media de salidas hacia el Tajo de los últimos años ronda los 300 hm3. A partir de ahora, si se trasvasa agua del Jarama al embalse de Finisterre (obra contemplada en el plan de cuenca del Tajo y presupuestada en 150 millones de euros), para servir sólo con aguas residuales el caudal legal a Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina, sólo sería preciso –según la esquizofrénica intención del ministerio avalada por el memorándum y la firma de Castilla-La Mancha– que salieran unos 100 hm3 máximo de cabecera. Es decir: ganan 200 hm3 al año para trasvasar, con lo que la media trasvasada pasaría de 350 hm3/año, a unos 550 hm3/año. Parte serían del trasvase “normal”, y parte de la venta de las dotaciones de riego de Aranjuez, Estremera y Almoguera.

Probablemente, como hicieron en 2007 y 2008, “compren” –aunque luego subvencione el Estado a oscuras– el agua del Tajo, aunque no la necesiten, y la mantengan en Entrepeñas y Buendía para que no se llegue a la raya de los 400 hm3. Van a ser los amos del Tajo y van a poder hacer lo que quieran. Probablemente ya no sea necesario bajar de los 400 hm3, básicamente porque al Tajo no va a salir casi nada. Si fuera preciso, un decreto de sequía, y tiran del colchón hasta los 200 hm3 que es donde debe estar ahora la raya del cieno. Algo parecido a 1994, y nadie diría nada.

Como digo el tinglado se está montando con una reducción brutal de las salidas al Tajo, que es lo importante. Ahora, si se fijan 10 m3/s en Talavera, las salidas globales de cabecera hacia el Tajo (manteniendo regadíos entre Bolarque y Aranjuez) deberían rondar los 450 hm3. Si se fijan 16 m3/s en Talavera, unos 550 hm3. Si quitamos regadíos y damos caudales con el Jarama, y se quita como ha hecho el plan del Tajo el caudal de Almoguera, con 100 hm3 “basta”. De ahí lo que insiste la «Enmienda a la disposición final quinta (Nueva)», donde se acotan y se limitan perfectamente los desembalses hacia la propia cuenca del Tajo.

Primero el gobierno de Castilla-La Mancha transigió aceptando caudales bajísimos en Toledo y Talavera y el trasvase a Finisterre; ahora lo hace con las ventas de agua y el control real de la cabecera por los regantes de Murcia. Como digo, una rendición absoluta.

¿Qué pasaría si no se vendiera el agua de los regantes y no llegara a ejecutarse el trasvase a Finisterre? Que el sistema explota. Entrepeñas y Buendía no aguantan. La clave es lo que salga de Bolarque hacia el Tajo. Y la clave siempre ha sido Talavera, un caudal ecológico de 20 m3/s que da garantías a todo el Tajo medio y a Aranjuez y a Toledo.  
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Viriato contra la SS Panzer

La Tribuna de Toledo, 18 octubre 2013

Después de analizar las enmiendas al proyecto de ley de Evaluación de impacto ambiental, en que ha terminado chapuceramente deviniendo el memorándum del Tajo-Segura, la conclusión es clara: han ganado el trasvase Tajo-Segura y, sobre todo, los negocios ligados al agua trasvasada; y han perdido, y mucho, el Tajo y Castilla-La Mancha. Aquí lo único que sorprende a estas alturas es la presencia de Castilla-La Mancha en la fotografía de la infamia. Porque la rendición ha sido absoluta, sin concesiones. Si sumamos el memorándum al plan del Tajo, la suerte del Tajo está echada. Y esto lo sostiene aquí y donde sea alguien quien lleva cerca de tres décadas trabajando y estudiando el Tajo, y que sabe bien lo que dice.

La escenificación del reparto del Tajo, donde se ningunea el proceso –el legal– planificador abierto todavía por la propia CHT, y donde dos comunidades sin territorio en el Tajo –Murcia y Valencia –se quedan con el Tajo, mientras las tres implicadas ríen y hacen de meros palmeros, será recordada como uno de los hitos de esa historia de la infamia del Tajo y de Castilla-La Mancha. Como bien dicen en Murcia, ni con el Caudillo y sus ministros tecnócratas consiguieron tanto. Ahora por fin tras 40 años lo han logrado. Tienen razón. Por fin el Tajo es suyo. Punto.

Con el memorándum y la apertura de los bancos del agua, junto con el plan de cuenca a aprobar, los caudales irrisorios fijados en Toledo y Talavera de la Reina, así como el trasvase de aguas residuales del Jarama al embalse de Finisterre sobre el Algodor, el escenario que se le presenta al Tajo y a Toledo y Talavera, es aterrador. Y una cabecera gestionada siempre en el límite de los 400 hm3, con trasvases. Es aterrador, repito, y no exagero. Y con el Alberche condenado a terminar en las tuberías del Canal de Isabel II.

Cospedal y su consejera de Fomento han terminado vendiendo al Tajo y traicionando a Castilla-La Mancha. No es algo nuevo: ya lo hizo Barreda hace casi una década con el –también, ni siquiera innovan– acuerdo histórico firmado entones con Narbona al comienzo de la era Zapatero. Ahora ha sido Cañete, el que sólo tiene cojones para desguazar aún más el Tajo pero no para tocar el Ebro, faltaría más. Lo siento por el Tajo y por Castilla-La Mancha, somos el hazmerreír, nos vendemos por tres duros y encima reímos. Es muy triste.

En las últimas tres semanas la Plataforma del Tajo ha presentado una queja de mil páginas a la Comisión Europea contra el Tajo-Segura y su impacto en la Red Natura 2000; una queja a la Defensora del Pueblo; y cien páginas de alegaciones al plan del Tajo. La Plataforma y la Red del Tajo trabajan a destajo. Como Viriato contra la SS Panzer. Piedras contra cañones. Contra todos. Pero con la razón y el Tajo por delante. Esto no ha terminado.  
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viernes, 11 de octubre de 2013

Ciudades escrupulosamente destruidas

La Tribuna de Toledo, 11 octubre 2013

Al caminar, al pasear, al mirar por la ventana, al pisar las calles vacías, al contar uno tras otro los escaparates vacíos, te va tomando la seguridad de que esto no tiene solución, que no es un bache, sino una realidad que ha llegado para quedarse. Cruzar hoy Talavera de la Reina y contrastar el tiempo pasado, es enfrentar las dos o tres últimas décadas con la cuesta abajo imparable de los últimos años, la insoportable decadencia de mi ciudad, la absoluta parálisis política de antes y más de ahora si cabe… Toda una bofetada de lucidez. Todo se vio venir, todo se dejó y se deja por hacer, y ahora el desastre consecuente.

Da pena recorrer hoy Talavera de la Reina, despacio, observando, escuchando los silencios, sintiendo profundo y débil el latido cansino y asincrónico de su motor gastado y parcheado. Recorrer hoy Talavera de la Reina es como hacerlo por un bosque conocido y querido después de un incendio que se lo ha llevado casi todo por delante. Enormes huecos, vacíos donde antes había vida. Y el olor a desesperación, el sentimiento de que eso, el fuego, el desastre, el vacío, podían y debían haberse evitado. Que nada ocurre porque sí. Que siempre hay una causa, unos cómplices y muchos silencios.

A Talavera de la Reina le ha venido muy mal ese invento llamado Castilla-La Mancha. Le ha venido tan mal el ninguneo de los políticos arribistas de Toledo, como el dejarse hacer de los distintos ayuntamientos plegados a Bono, Barreda y ahora a Cospedal, no íbamos a ser menos. Y muy mal esa distancia sideral que se ha creado entre Toledo y Talavera, la primera, capital, próspera y con todas las prebendas inherentes al asunto; y la segunda mera piltrafa, rebajada y más picada y sangrada que un toro con casta en una plaza de tercera. Es lo que hay. Y al que no le guste, que analice el asunto. Y no es victimismo: es simplemente amargura y lucidez, a partes iguales.

Pasear hoy por Talavera de la Reina, pasar la palma de la mirada por sus miserias y desguaces, te dicta un tiempo acabado, un agotamiento consumado. La caligrafía perfecta de las ciudades escrupulosamente destruidas.  
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Fondo y forma

La Tribuna de Toledo, 4 octubre 2013

La historia de España, al final, viene a ser como esas viseras de los pilotos de fórmula uno o de las motos, que por muchas capas que vayas quitando pringadas con la grasa de cada vuelta o la sangre de mosquitos y otros insectos que tienen la mala fortuna de estar en el lugar y momentos equivocados, al final digo, lo que se ve es siempre lo mismo, un cansancio de lugares repetidos, comunes y los puntos exactos donde al final sabemos que nos vamos a quedar sin motor o sin resuello.

Uno, en esta castellanomancheguía anquilosada que nos lleva, no espera ya lucidez o visión, grandezas que no van con la clase y hechuras del siglo. Uno, al final sabe que las inercias políticas, las servidumbres de la corte, las cortas distancias palaciegas y el amiguismo, siempre se mueven con más fuerza y encono que estas nubes del océano que han llenado la tarde de olor a distancias y humedades mientras se van comiendo las bombillas amarillas. Uno ya ha visto el fruto de la horma a la que se ha adaptado perfecta y encantadamente este gobierno, como antes lo hicieron los anteriores, y los anteriores. La inercia de los tiempos, dirán. Aquí, en esta castellanomancheguía de Segunda B a la que nos obligan, el fondo es la forma, y viceversa. En este territorio del medio oeste, o medio este, en este ombligo ibérico, en –por poner un ejemplo– la falsa Arkansas paleta hispana que todos los días emiten por la televisión pública que seguimos pagando todos. Ésa, señores y señoras, no es mi tierra. Como tampoco lo es una tierra donde impera la ley del silencio, donde la mediocridad es ley, donde estás con los que parten el bacalao o no existes, donde acatas o compartes, o simplemente quedas fuera. Ésta, repito, no es mi tierra, ni una forma de hacer política coherente y madura. Es lo de siempre, sí, pero una indecencia. Al menos.

Uno, permítanlo, más allá de los paisajes desolados de la mediocridad y el deshonor, piensa –al menos todavía– que hay algo más. Sí, esto es España, es ese invento sin cuajo que llaman Castilla-La Mancha. No hay remedio ni solución conocida. Lo sé. Pero… Mientras, permítanme que me quede con esas nubes y esa lluvia magnifica que viene desde el Atlántico, Tajo arriba, para limpiar al menos esta tarde de octubre.  
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