viernes, 11 de mayo de 2012

Ferias

La Tribuna de Talavera, 11 mayo 2012




Rodrigo Muñoz. Yo creo

Tiempos duros. El calor llega y arrasa las hojas frescas de almeces y plátanos, de un día a otro, sin delicadeza. Y amanecen tiradas en las aceras, mustias y retorcidas, hojarasca antes de haber nacido. No hay término medio, transición. Hoy estás aquí y mañana te nacionalizan. Al final el neoliberalismo que vivimos tiene que ser rescatado por lo que queda del Estado. Hoy estás entre los charcos rojos de la raña, hasta arriba de barro, y mañana el sol calienta y las calandrias se arrebujan bajo los centenos crecidos. Tiempo de contrastes y brumas. Pero vienen las Ferias de Talavera. Y no sé si será el tiempo de la tregua. Pero en una de éstas, esto tiene que cambiar. Ya queda menos para todo, eso es cierto. Sigo confiando en esta ciudad.


Hace unos días una persona que va a empezar a hacer negocios en Talavera me preguntaba que cómo veía la situación de la ciudad. Le dije que se diera una vuelta por las calles, porque el hoy, y el futuro, es lo que se mueve, ese fluido que da la tensión a cada día. No lo vemos, pero el nervio de la ciudad está ahí, al otro lado de los escaparates, en las naves que una y otra vez cambian de negocio, a ver si esta vez es la vencida. Talavera no debe ser más el tópico de la esquina perdida allá junto a Extremadura, o la ciudad de bloques de pisos rojos y destartalados que queda al lado de la autovía.


Son Ferias, y esta noche pregonan los hermanos Cubelos, buena y acertada decisión del Ayuntamiento. Más que representantes de la Talavera más joven y piragüistas de primera, son ejemplos de la Talavera de la Reina que tiene que ser, que sabe crecer y ganar. Me gustaría que hoy tuvieran Tajo para navegar aquí. Lo tendrán dentro de pocos años.


Son Ferias, después de un año muy jodido, de una semana mala. Pero ha salido el sol, calienta con fuerza, vuelan los vencejos y las pelusas de las alamedas perdidas vuelven por San Isidro. Quizá la primavera haya venido para quedarse en esta ciudad. Y esta vez de verdad.


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