viernes, 14 de septiembre de 2012

De limpia

La Tribuna de Talavera, 7 septiembre 2012


La Sierra de San Vicente –al menos 700 hectáreas– ha quedado limpia. El fuego es lo que tiene, que en un par de días te deja nueva la Sierra, y lástima que no haya pinos, y casi todo sea berrocal de enebros y cornicabras, que cuesta arder, que si no el fuego hubiera cruzado de una punta a otra. Limpiar es lo que tiene. Entiendo que es complicado impregnar de ironía un texto. Limpiar, también, es liquidar 40, 50 ó 60.000 empleos en Castilla-La Mancha. Se podrá discutir que había mucho que podar, quitar; mucha grasa. Es decir; que había que limpiar también el patio regional, y que mejor así, sin anestesia y sin hidroaviones y helicópteros que echen agua a las llamas. ¡Zas!, fuera lo que sobra. Hay quien mira a la Sierra, carbonizada, mineral y lunar, y ve limpieza.

Hay quien ve las cifras del paro de Castilla-La Mancha y ve esa liposucción que le iba haciendo falta a esta región, después de lustros de fundaciones varias, enchufismos y colegueo. Son distintas visiones. Siempre habrá quien sostenga que de las cenizas brota mejor el monte. Y es que la visión desde arriba, lejana y a vista de alimoche migrador, es lo que tiene. Otra cosa es ir a la Sierra, tocar las cenizas calientes, los cadáveres de los bichos hinchados ya; o acercarte a las colas del paro, preguntar a quienes el banco ha echado de su casa, o a quienes –otros– dicen que sobran, que son sólo esa grasa sobrante de un sistema que debe anorexizarse para, en el mejor de los casos, sobrevivir. Es decir, la visión y la opinión desde lo macro, desde los satélites, es aséptica y fría; desde lo micro, jodida y caliente.

A estas alturas, y después de escucharme enterito el debate del estado de eso que aún se llama Castilla-La Mancha, me sigue quedando la duda de la viabilidad de la región. Es decir: si con lo que generamos somos capaces de seguir adelante sin que seamos eternamente suplementados (y recriminados) económicamente por el Estado. He visto mucho tú más, lo de la herencia, lo de los sueldos…; meter mano a la LOTAU para no se sabe bien qué; y en agua sólo lo que le interesa a la consejera de Agricultura y a un muy reducido sector de regantes de la Mancha. Me sigue faltando la visión, la distancia, la profundidad. El concepto de conjunto.

Todo renace. Esta región quizá lo haga, como la Sierra. Y volverá a quemarse, la región y la Sierra. Y no aprenderemos. Es parte del juego. Pero sigamos podando, amputando, limpiando. Quizá algún día nos demos cuenta de que en realidad sobramos todos, no sólo el 50% de los diputados regionales. Sino todos. Porque al final la limpieza deje al descubierto que debajo del nombre, de Castilla-La Mancha, no hay nada.  

No hay comentarios: