martes, 14 de octubre de 2008

ÁGUILAS DEL PUSA


A media mañana el paisaje no estaba limpio sobre la Jara. Una niebla ligera llenaba las distancias. La tierra roja aún empapada. Los ríos colorados de barro, escasos ya, con las señales de la crecida en las junqueras y mimbreras.

Algunos álamos ya amarillos, los más abrigados aún verdes enteros. Algunas lagunas donde se reflejan los olivos. Avanza la otoñada. En el cielo sobre el Pusa dos águilas reales vuelan y pican y suben sobre las barreras. Canta la perdiz al sol del mediodía. Las águilas juegan en lo alto, bajan y vuelven a subir apoyadas en la neblina sucia. Al final se van hacia el saliente, muy altas, muy rápidas y casi sin sentir. Los campos siguen rojos, las rañas espesas de barro y lluvia. Apunta bien la otoñada. Los cernícalos esperan junto a la carretera, en los postes. Las encinas cargadas de bellota donde la tormenta respetó. Todo avanza, a su tiempo, como las águilas.

No hay comentarios: