viernes, 2 de enero de 2009

AÑO NUEVO

La Tribuna de Talavera 2 enero 2009

Hubo un tiempo en el que las crecidas del Tajo levantaban las arenas de la orilla y sacaban a la luz del día los mármoles antiguos de Roma, los sillares de civilizaciones tan olvidadas que los habitantes de las ribera ni siquiera habían tenido noticia. En las crecidas del último cuarto del XIX quedaban entre las arenas estatuas de patricias y miliarios que pronto acababan apilados en los cercados de los olivares cercanos. Aún recuerdo que en la ultima avenida del Tajo, a finales de los 70, vi un panel de azulejos azules y amarillos, antiguos entre la orilla desventrada y los chopos varados, no sé muy bien dónde, sólo recuerdo el sonido profundo del Tajo, el rumor de río grande del Tajo en las alamedas moribundas de la Morana. Quizá llegue este invierno una crecida y se lleve por delante toda la basura acumulada en la orilla del Tajo, todo el olvido, el desdén, la mansedumbre que anida como en ningún otro lugar en este territorio, tan fronterizo y tan de nada y de nadie que quizá sólo eso explique tanta dejadez y dejar hacer. Quizá las nubes del Atlántico no se disuelvan al tocar la Península, llueva con ganas, y el Tajo vuelva y levante de entre el légamo del fondo algún mármol, afloren entre las botellas de plástico y la mierda de la corriente las teselas de un mosaico de peces y ninfas mutilado por el tiempo y el olvido, algún brillo del esplendor antiguo y gastado de esta ciudad.

Uno cada vez cree menos en ello, no porque las borrascas se queden empantanadas una y otra vez en las Azores y no acierten a traer agua a los veneros del Padre Tajo, sino porque es imposible que sepamos exigir lo que nos corresponde, que somos mansos de libro, y así se nos puede llevar, sin problemas, al matadero del 25% de paro obrero; o aplaudir sin tapujos, por ejemplo, que la susodicha fábrica de los helicópteros acabe en Albacete. Y, como somos así, y para no perder el tiempo y no cansar más aún, uno promete con las energías del nuevo año, escribir menos de estas cosas, y dedicarse a asuntos más muelles y agradecidos. Y, puestos en éstas, incluso si cae alguna subvención o prebenda, pues empezar a loar las gracias y virtudes del régimen/establishment, faltaría más, que para eso estamos.


Dicho lo cual, buen año a todos; y que todos sepamos dónde estamos y a qué nos debemos.

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