miércoles, 31 de agosto de 2011

Encalmadas

La Tribuna de Talavera, 26 agosto 2011

Las encalmadas te sorprenden en el océano. No hay brújulas, no hay distancias, ni referencias. A veces un espejismo crece sobre el aceite en que se ha convertido este mundo de agua infinita. A veces, en las noches, la luna llena duplica un mundo espeso e inmenso, con la Vía Láctea trazando su camino sobre las olas mínimas. Pasan estrellas, satélites, murciélagos grandes que suben muy arriba en el cielo imposible del océano. Y luego un día más, con el sol brotando en ese lugar que tiene que ser el este, por encima del mar donde el espejismo coloca distancias y edificios, antenas y una carretera por la que bajan y suben coches, gentes que van y vienen, que simulan que tienen algo que hacer.

En los tiempos antiguos, los pilotos temían las encalmadas, las huían, y marcaban en las cartas los mares del sueño y el silencio, donde todo se detiene, sumideros de vida y esperanza. Pero en los mares nuevos, los que aún no están cartografiados, te vas encontrado con estos territorios donde todo se detiene, donde nada fluye, donde se agolpan los tiempos, los recuerdos, los espacios vividos y huidos; donde todo es una inmensa espesura donde los plásticos de todos los océanos vienen a tapizar las distancias. Trozos de otros mundos, pedazos de colores gastados por el sol y los años, pero que no acaban de pudrirse.

A veces, en las encalmadas sientes las tormentas y los huracanes que destrozan más allá, en los límites del mundo. Pero sólo los sientes en lejanías, no puedes tocarlos. Sabes que hay playas de coral y arena blanca, arrecifes donde los pecios de los galeones esparcen el oro de las bodegas y los cañones duermen siglos. Pero sabes que no puedes llegar a ellos. Porque no hay viento, las velas caen como plomo sobre la cubierta y todo está detenido, girando en un círculo inmenso que comprendes, pero no puedes vencer. No hay luces en el horizonte, sólo espejismos; no hay gaviotas ni albatros en el cielo. Sólo las estrellas por la noche anclan la realidad. Son los mares de calmas, sin vientos, sin mareas, sin distancias.

 

No hay comentarios: