viernes, 17 de febrero de 2012

Pobres y gilipollas

La Tribuna de Talavera, 27 enero 2012

De los polvos de 2004 entre Barreda y Narbona, del tú me dejas hacer la tubería a la Mancha/Reino de Don Quijote; y yo te dejo vía libre con el Alberche, acuden ahora los lodos de la realidad contumaz: Esperanza Aguirre inaugura una potabilizadora capaz de meterse al Alberche en vena, es decir, 370 hm3 al año, que viene a ser el 60% del consumo de Madrid. A partir de ahora, salvo algún año muy lluvioso, el Alberche terminará su vida en el embalse de Picadas, de donde sale el agua para Madrid y Toledo; al igual que el Tajo lo hace ahora en Bolarque. La liquidación definitiva de los regadíos del Canal Bajo del Alberche es sólo cuestión de tiempo. No hemos tenido ni tenemos, gobierne en Castilla-La Mancha el PSOE o el PP, nadie que defiende a los agricultores y ciudadanos de esta tierra; y nuestras aguas y ríos siempre han sido cromos para más “altos” logros de nuestros presidentes; y ahora, faltaría más, de nuestra presidenta.


Algún día, dentro de dos o tres décadas, alguien se pondrá a investigar lo que ocurrió en esta tierra a principios del siglo XXI, qué pasó para que cayéramos en tamaño agujero, el por qué de la discriminación dentro de este invento que probablemente ya no existirá y que se llamó Castilla-La Mancha. No sé a qué conclusiones llegará entre los papeles, hemerotecas y demás crónicas de lo vivido, pero no creo que salgamos muy bien parados los ciudadanos que tuvimos la responsabilidad de defender el castillo que luce el escudo de esta ciudad. Entonces, si vivimos, don Miguel Méndez y un servidor andaremos trepando cuerdas por Gredos, o subiendo las costanillas que la vida aún nos permita otear, y podremos darle nombres de traidores, felones, estómagos agradecidos; y también de muy buena gente que creyó en que es posible recuperar la ilusión. Llevamos más de cinco años advirtiendo de lo que se nos viene encima, la felonía mayúscula con esta tierra, el mirar para otro lado y silbar del representante público. De poco va sirviendo. Sobre nuestras cabezas los dos mayores trasvases de Europa Occidental: el del Tajo al Segura, y el del Alberche al sumidero de Madrid. Y todo el aparataje político regional y nacional en contra de que salgamos del pozo.

Es triste comprobar cómo somos tierra de saqueo, y los años pasan y se van perdiendo posiciones. Que se quedan sin agua los regantes del Alberche; que bebemos aguas residuales condensadas en Cazalegas, que el Tajo ya es un charcón infecto incluso en invierno… No importa. No estamos en el agujero que estamos por inercia. Las cosas no ocurren de un día para otro. Somos nuestros actos, nuestras omisiones. Y o cambiamos el rumbo o ya sabemos nuestra condena.

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