viernes, 13 de septiembre de 2013

Agua va

La Tribuna de Toledo, 13 septiembre 2013

Una vez negociados y publicados los borradores de planes de cuenca de los grandes ríos levantinos –Tajo, Júcar y Segura–, desde Castilla-La Mancha es el momento de plantearse para qué ha servido la espera y cuál es el verdadero objetivo tanto del gobierno de Castilla-La Mancha, como del de Madrid. Los teóricos «logros» exageradamente publicitados y repetidos como un mantra por la infantería del Partido Popular –sin saber la mayoría de las veces de qué se habla y de lo que hay en juego–, dejan para el que sabe un poco del asunto del agua, ríos e intereses y oportunidades hidrológicas, el sabor de la victoria pírrica. Lo que se ha conseguido para Castilla-La Mancha –si es que hay algo conseguido– sólo esconde la más absoluta rendición de cada una de las plazas, empezando por el Tajo, y continuando por el Júcar y Segura, donde sólo quedan migajas del pastel, sobras y concesiones que, con la modificación de la ley de Aguas –los famosos intercambios de derechos del memorándum pactado por el tridente Ministerio, Valencia y Murcia– que prepara Cañete y subalternos, serán fácilmente compradas a precio de saldo por los regantes alicantinos o murcianos.

Rendir las plazas hidrológicas traerá graves problemas a Castilla-La Mancha. Seguimos y seguiremos siendo una hidrocolonia. Los esquemas de gestión de los ríos no cambian. Por ejemplo, el plan de cuenca del Tajo, el rio que nos toca más de cerca, contempla que el caudal «legal» que discurra por Toledo y Talavera sea del Jarama, que se bombee agua de este río en invierno al embalse de Finisterre en el río Algodor, y que se «suelte» en verano. Hay 150 millones de euros para el asunto, preparados y listos para que ni una sola gota del Tajo, ése que llega a Entrepeñas y Buendía, pase por Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina. De esta manera se podrá trasvasar prácticamente la totalidad del agua que entra en cabecera. Ya podemos ir cambiando la cartelería y los mapas: lo que pase por la provincia de Toledo ya será definitivamente el Jarama. El Tajo, a Murcia, al ciento por ciento, qué más da que la reserva de Entrepeñas y Buendía sean 240 ó 400 hm3, eso ya es asunto baladí.

Por fin toda la cabecera del Tajo será trasvasada. De ahí la aquiescencia del PP murciano y valenciano y de los regantes del trasvase con la propuesta del borrador del plan del Tajo. Están encantados, ni en el mejor de sus sueños aspiraban a algo similar. Mientras, aquí, andamos como he dicho con el gobierno y satélites cerrando filas ante la rendición de las plazas hidrológicas. Cuando no se sabe o no se quiere, es lo que pasa. El 20 de septiembre acaba el plazo de alegaciones al plan del Tajo. Las plataformas ciudadanas, al menos, alegarán en consecuencia. Mientras, agua va. A Levante, claro.  

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