viernes, 23 de julio de 2010

Hechos consumados

La Tribuna de Talavera, 23 julio 2010

A la misma hora en que ayer jueves 22 de julio de 2010 la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura aprobaba la petición de los regantes murcianos de sacar 230 hectómetros cúbicos de Entrepeñas y Buendía, para sus teóricos riegos y otros asuntos, el Tajo estaba sin caudal, cero metros cúbicos por segundo en, al menos, cuatro puntos: La Puebla de Montalbán, Talavera de la Reina, El puente del Arzobipo y en el castillo de Almourol, ya en Portugal, a tiro de piedra de la desembocadura. Pese a ello, no hay problema, barra libre para el Trasvase, pese a que es tanta la cantidad de agua que han pedido –y el gobierno ha concedido sin rechistar–, que ni siquiera podrán llevársela, porque la cuenca del Segura está a rebosar. 230 hm3 equivale al consumo de Castilla-La Mancha para abastecimiento durante 15 meses, es una cantidad enorme de agua, a la que habrá que sumar, al menos, 60 hm3 más para abastecimiento a los Canales del Taibilla.

Asistimos al mismo espectáculo que dio el PP de Aznar en el último ciclo lluvioso, una década atrás, cuando dilapidó Entrepeñas y Buendía con trasvases sin límite. Los votos mandan. Ahora, el PSOE, hace lo mismo, porque la política hidrológica en este país –ya está escrito–, sólo se entiende desde los hechos consumados del franquismo, sin que nadie se haya parado a poner orden y raciocinio. De Costa, al plan de la II República heredado y ejecutado por Franco, recuperado por Borrell y en última instancia por Aznar-Narbona, todo es una huída hacia adelante, reflejo y espejo de este país donde pensar, analizar y planificar, en conjunto, y no para la parte interesada, es pura entelequia.

El trasvase aprobado el 22 de julio, las balsas del Rosarito anunciadas en el BOE el 11 de julio, el recrecimiento, también, del Rosarito, publicado también en BOE el 23 de junio, vienen a completar un escenario no ya preocupante, sino decantador de la realidad. Clarifica la situación como pocas cosas, cogerte el anteproyecto de las balsas de Rosarito y ver en fila, una tras otra –otra vez– como aviones dispuestos a tomar tierra, las presas de Monteagudo, Cuevas del Águila y Arenas de San Pedro sobre el Tiétar; y comprobar cómo lo que pidió el presidente de Extremadura para dar salida al trasvase del Tajo medio, se empieza a reflejar, letra tras letra, en el BOE. Esta es la realidad de hechos consumados del gobierno de España, gobierne quien gobierne, pero siempre fiel reflejo de las dos Españas: la pobre y saqueada, y la rica y exigente. Mientras esto no cambie, en este país no habrá ni orden ni justicia.

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