viernes, 31 de diciembre de 2010

La última



La Tribuna de Talavera, 31 diciembre 2010

Abro el archivo de word en la última esquina libre de la pantalla del ordenador, abajo a la derecha. No hay más espacio libre; tendré que poner orden otra vez. En los altavoces del ordenador retumba la voz de Janis Joplin sobre esas guitarras irrecuperables de los sesenta. Hace un rato la dehesa era una maravilla de agua encharcándolo todo con el brillo zarco de las tardes leves de invierno. Las aguanieves volaban bajas como un presentimiento, y las torcaces salían disparadas de las ramas bajeras. Llueve ahora más allá de la ventana. Este año no hay luces de Navidad en los balcones, no hay alegría, y todo está deslavazado, como esos días de niebla que nunca sabes si ha terminado de amanecer o ya se hace de noche. De este año habrá que aprender. La crisis es un bache donde pararte, mirar atrás y tomar fuerza. No importa lo profundo que caigas, lo oscuro que sea lo que queda más allá. No importa. Eso es la vida. No queda otra. La crisis como oportunidad de aprender, de catarsis. De no volver a cometer errores, de no volver a caer en las mismas trampas, en las mismas mentiras, en los mismos silencios, en las mismas vergüenzas. Lo que ahora está en juego no es si salir o quedarse, sino si vamos a permitir trampear lo que hay con los mismos moldes que nos han conducido a donde estamos. No hay recuperación, sino que tenemos que asumir que vamos a estar mucho tiempo en el sótano, a este paso sin luz siquiera.

El 2011 va a ser buen año. Nos va a permitir mirar más lejos, preguntarnos muchas cosas, y sobre todo analizar un poco más el porqué de las cosas. Aprender. Quizá en la Navidad del año que viene haya más luces en los balcones, o ya ni siquiera podamos pagar el recibo y andemos con velas, como los antiguos. O todos los pisos sean, definitivamente, de los bancos. Quizá hayamos aprendido la lección. O no, y venga más de lo mismo.

En fin, en 2011 pelearemos por el Tajo, pese a las traiciones y los silencios; y pelearemos por esta Talavera de la Reina. Cada uno es lo que es. Llueve sobre la noche, sobre el blues y las guitarras, tristes y punzantes como un océano de soledad. Feliz año a todos, pero sobre todo a quienes peor lo están pasando.

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