domingo, 12 de diciembre de 2010

Transparencia

Hace unas semanas se han hecho públicos por parte de Transparencia Internacional los informes sobre la transparencia de los Ayuntamientos, Comunidades Autónomas y de los organismos ligados al agua en España. El Ayuntamiento de mi ciudad, Talavera de la Reina, ocupaba uno de los últimos lugares de los analizados en España, concretamente el 97 de 110, con una puntuación de 41,3 sobre 100. Castilla-La Mancha, se situaba en el puesto 13 de las 17 Autonomías españolas, con 62,5 sobre 100. Y la Confederación Hidrográfica del Tajo se llevaba el dudoso y merecido honor de ser la última en cuanto a transparencia de todas las entidades de gestión del agua en España, ocupando el puesto 14 de 14, con un total de 27,2 puntos sobre 100, muy lejos de los 71,2 de la Agencia Catalana del Agua, de la Confederación Hidrográfica del Ebro y del Júcar; o de los 60,3 de la del Segura.

Esta situación dibuja un panorama neblinoso y refractario. Marca la diferencia entre los territorios de este país, y ofrece un panorama triste, a la vez que corrobora desde fuera la precariedad del engranaje democrático de las tres Administraciones: local, regional y estatal.

Hace unos meses vi una conferencia de lo que era Transparencia Internacional. Aquí lo dejo. Explica muchas cosas, sobre todo la impunidad del negocio, del gran negocio, con los propios ciudadanos, ya sea de países ricos, de países pobres. Todos, los ciudadanos, somos carne de cañón en un momento dado. Te echa luz sobre muchas cosas, a diversas escalas, pero perfectamente extrapolables: los contratos del AVE a Sevilla en los 80-90; porqué se van a destruir sin ningún sentido los afluentes del Duero en Portugal; y, sobre todo, que la persona, el ciudadano, la decencia, no importan nada en este mundo donde nos movemos, y donde todo viene a ser negocio. La corrupción como herramienta, como la llave que abre el mundo y lo pone en funcionamiento, donde todos somos el combustible que hace progresar a unos pocos.


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