viernes, 16 de septiembre de 2011

¿Y de nossotros, qué?

La Tribuna de Talavera, 9 septiembre 2011

Ahora que el porvenir se plantea como una especie de borrón y cuenta nueva, el peor error que podría cometer Talavera de la Reina es quedarse –de nuevo–, a verlas venir, es decir, asumir que todo está muy mal, que no hay nada que hacer, y que nos quedamos como estamos, hacemos poco ruido, nos ponemos de perfil, y ya escampará.
 
Proyectos fundamentales para la ciudad como la llegada del AVE y el soterramiento de las vías, que a su vez darían salida al cada día más megalómano y anacrónico Plan de Ordenación Municipal; el puente sobre el Tajo que cierra la circunvalación al suroeste; la configuración de una verdadera área metropolitana que vertebre servicios, paisajes y usos del territorio; y, por supuesto, el proyecto presentado y tutelado por la Plataforma del Tajo y el Alberche de recuperación para los ciudadanos de 200 hectáreas de riberas del Tajo, todo ello debe ser prioritario, y en ningún caso arrinconado. Porque aquí, cuando las vacas gordas, vimos cómo el desarrollo de Castilla-La Mancha se fue a otro sitio, lo que nos hizo empezar la crisis muchos puntos por debajo, sin fuerzas, y sin tejido ni músculo para aguantar lo que venía; y ahora, con el invierno que cruzamos, pues ya vemos cómo estamos.
 

Sería un insulto para los ciudadanos que ahora tampoco, que tampoco toca. Hay que trabajar, exigir y llamar a las puertas que sean hasta que estemos donde nos corresponde. Ya estoy escuchando demasiado la letanía del discurso de los lugares comunes en el Gobierno de Castilla-La Mancha. Y no me gusta. Se trata de salir del arrinconamiento al que Bono/Barreda condenaron al occidente de la provincia de Toledo. Si vamos a seguir como estamos, nos juntamos con Madrid; o con Extremadura, que allí parecen que han empezado con más ganas. Todo menos ser de nuevo el olvido de Castilla-La Mancha.
 

Vienen años muy interesantes. Sólo queda seguir trabajando, exigir lo que corresponde, y no plegarse ante los «intereses comunes», que al final son los intereses de los mismos, los que salen ganando. Yo, por mi parte, voy a seguir trabajando por esta ciudad y por la tierra que se extiende entre Gredos y el Guadiana. No lo entiendo de otra manera. Espero que los demás también.

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