viernes, 7 de noviembre de 2014

Cabañeros, propiedad privada

La Tribuna de Toledo, 7 noviembre 2014


El Parque Nacional de Cabañeros quizá sea el espacio natural protegido más impermeable del Estado, y no precisamente por el monte que lo cubre casi en su totalidad más allá de las islas de las rañas, sino porque desde su declaración primero como espacio protegido regional, y más tarde nacional, la gestión ha ido encaminada a mantener el estado de subdesarrollo social del entorno, así como a la limitación más que considerable del uso del propio parque. Enclavado en el territorio más pobre, desamparado y radicalmente libre de la Península, Cabañeros estaba llamado a dar vida e impulsar un desarrollo real y viable de las comarcas de los Montes y la Jara. No ha sido así. Mucha culpa de ello se debe a la gestión miope y cobarde de las administraciones encargadas, que no han sido capaces por un lado de articular una política real de desarrollo, donde el dinero europeo de próderes y líderes se ha esfumado vaya usted a saber cómo, dónde y en qué manos…; y por otro lado no se ha puesto límite a la caza, la que acota, cierra, y limita sobremanera el uso ya no sólo del parque, sino de las inmensas comarcas del entorno.

He pasado muchos días en los territorios del Estena y del Estenilla, de las rañas que caen una vez al Tajo y otra el Guadiana, en las carreteras comidas por los jarales. No sólo en el parque, en los silencios de Anchuras, en la Jara Alta, una maravilla ahí varada. Yo no entiendo de fronteras, de límites. Pero sí de subdesarrollo. Y de la incapacidad de evitar la muerte y el desangrar de una tierra que no se merece tanto olvido y mala –inesistente– gestión. Ahora y antes.
Como única solución, el gobierno de Castilla-La Mancha pretende la venta al mejor postor de montes públicos o el fomento a toda costa de la caza. La caza es subdesarrollo, el mismo que ha permitido que se conserven buena parte de los Montes, pero ahora se necesita una visión del siglo XXI de la que se carece por completo. Cazar en un parque nacional es como si los sábados por la noche dejaran montar una discoteca en la catedral de Toledo, con bola y barra libre. Y es aberrante mantener un ecosistema absolutamente distorsionado, con cercados, vallados y una carga de ungulados que no soporta el territorio, el ejemplo de que es preciso reintroducir de una vez por todas el lobo, y ampliar el parque nacional hacia el oeste en las Villuercas y la sierra de las Corchuelas, enlazando con el también parque nacional de Monfragüe. Y por el este hasta las Guadalerzas. Sería el mayor espacio protegido de Europa, el de más valor ecológico, y con una inmensa capacidad de crear riqueza repartida en el territorio. Pero para eso hace falta visión, valentía y entender el medio ambiente como algo más que un estorbo.

Mientras, Cabañeros y su entorno seguirá siendo un parque privado. Donde las mansiones continuarán levantándose ante gestores y políticos que miran para otro lado, donde los cazadores y señoritos llegarán en helicóptero a pegar cuatro tiros, donde los pueblos seguirán menguando hasta desaparecer, y donde no se articulará y posibilitará una gestión turística seria y de apoyo a los empresarios. Cabañeros, propiedad privada.

1 comentario:

Abuela Maria de Cabañeros dijo...

Enhorabuena por el articulo. Verdades incuestionables. Cabañeros está como está por la gestión rancia de administraciones. Las poblaciones de la zona de influencia están en peligro de extincion más crítico que el propio Lince, por que justo eso es lo que se pretende, en unos años todos los municipios estarán totalmente quebrados, no hay jovenes y los ancianos han fallecido, los señores feudales de Cabañeros comprarán a precio de saldo terminos municipales enteros.