viernes, 5 de junio de 2015

No hay tiempo que perder

La Tribuna de Toledo, 5 junio 2015

El próximo 30 de junio finaliza el plazo de alegaciones a la revisión de los nuevos planes de cuenca hidrológicos, también los ocho en los que Castilla-La Mancha tiene intereses, entre ellos por supuesto dos que revisten gran importancia para nosotros: el Júcar y el Tajo. Es decir: en poco más de tres semanas se cierra la información pública y el plazo de alegaciones a los documentos sobre los que se gestionarán los ríos hasta más allá del año 2021, documentos que son un mero copia y pega de los planes hidrológicos vigentes y que como ya he venido indicando aquí, son nefasto para los ríos y para los intereses de Castilla-La Mancha.

No doy vueltas, lo digo claro: el próximo gobierno de García-Page debe actuar con urgencia e inteligencia y alegar con contundencia e inmediatez a los planes que más nos afectan, incluso analizar la posibilidad jurídica de bloquearlos, especialmente el Tajo y el Júcar. Sí, ya sé que son cuatro días después de la teórica toma de posesión, pero las cosas no pueden continuar como están: la planificación hidrológica del gobierno de Rajoy y el colaboracionismo del aún gobierno de Castilla-La Mancha, han diseñado un escenario muy negativo, como, sin ir más lejos, se puede comprobar en Entrepeñas y Buendía, completamente desangrados por el Tajo-Segura; o el río sin caudal en Toledo y Talavera de la Reina.

El escenario que se plantea en materia hidrológica es muy complicado y estrangula a Castilla-La Mancha para décadas. En Bruselas en unos días intentaremos que las quejas ante la Comisión y el Parlamento Europeo sigan vivas, pese a la presión del PP; así como ahí están los recursos ante el Tribunal Supremo. Pero además es imprescindible crear en el nuevo gobierno regional una consejería específica en materia de agua, con recursos, control y herramientas suficientes para defender nuestros intereses, además de recuperar el tiempo perdido en esta materia, porque Castilla-La Mancha se ha convertido en una mera cantera de recursos para enriquecer a otras regiones, y aquí estamos a dos velas, con los ríos cada vez más secos y con un aparataje legislativo -memorandum, decreto Tajo-Segura- que cada vez enmaraña y complica la gestión de los ríos que discurren por nuestra región. No hay tiempo que perder. Ni un minuto.

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