viernes, 23 de octubre de 2009

LAS CARTAS SOBRE LA MESA

La Tribuna de Talavera, 23 octubre 2009

Una de las pocas cosas que nos van dejando en esta bendita tierra es la dignidad. Al final del día, después de gastar el tiempo, de hablar con unos y con otros, de enviar correos, de leer la Prensa, de buscar una y otra vez en internet las noticias e informes, de leer las voluntades entreveradas en las declaraciones de nuestros próceres, te das cuenta que ya sólo va quedando eso, no en dosis elevadas, sino en las justas, como las energías que guardan las encinas supervivientes al infierno de este año. Vienen a por nosotros. No sé qué sentirían los pueblos vettones cuando veían avanzar por sus bosques y campos a las legiones romanas, con sus filas cada vez más cuajadas de desertores comprados por el invasor, con los escudos resplandecientes. Vienen a por nosotros, a por el agua del Tajo, del Tiétar, del Alberche, del Guadyerbas, del Uso, del Gualija, de los Guadarranques. El agua lo es todo, no es una frase manoseada de político al uso. Ahora es la verdad. Nos quieren meter a todos los ríos por un canal, dejar un poco en el Guadiana, otro poco en la Mancha, y el resto en el Segura. Escurrirnos, dejarnos como un páramo, sin gente, sin futuro y sin voz. Suena a ya dicho, pero es lo que hay.

No canso, porque hay muestras de sobra a poco que se quiera mirar. Es urgente ya una declaración institucional del Gobierno de Castilla-La Mancha exigiendo el cese de las hostilidades por parte del Gobierno de España, la retirada del proyecto; pero en serio, no con la boca pequeña de cualquier consejero pillado con el pie cambiado. Exijo que los diputados y senadores de la provincia de Toledo, todos a una, y junto al propio Tajo, exijan la retirada del insulto del trasvase del Tajo medio. Espero coherencia a los diputados toledanos en las Cortes regionales. Y espero lealtad de cualquier cargo público. Nos jugamos el ser. Espero, ante todo, firmeza de los alcaldes de Talavera de la Reina y Toledo, diga lo que diga la Junta.

A los ciudadanos nos queda la dignidad. Los romanos y sus mercenarios avanzan, cada vez más cerca. A esta bendita tierra de ríos, de agua, de historia, de porvenir, de silencio, de luz y de azul de Gredos, le van dejando sólo la dignidad. Con ella nos basta.

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