viernes, 15 de febrero de 2013

El Tajo: una cuestión de principios

La Tribuna de Talavera, 15 febrero 2013

Bombeo del Tajo-Segura. Embalse de Bolarque. Guadalajara.

Hace unos meses desde el Levante se puso cifras al trasvase Tajo-Segura: 122.000 puestos de trabajo y 3.177 millones de euros anuales sólo en productos hortofrutícolas. Hablar de estos números en una ciudad a la orilla del Tajo y el Alberche, que escasamente riega 7.000 míseras hectáreas de la mejor vega de Castilla, debería ser suficiente para que la portavoz del Ayuntamiento de Talavera (en Murcia y Alicante se están todavía riendo de nosotros) supiera que sí que nos afecta el Trasvase. Si tuviéramos 150.000 hectáreas de regadío entre La Puebla de Montalbán y Navalmoral de la Mata –como estaba previsto hasta 1965–, Talavera tendría el doble de población y la mitad de paro. Pero sabemos cómo terminó la historia, y en las cuentas del Estado siempre hemos sido tierra de despojo, y por ello ahora no sabemos muy bien qué somos ni dónde estamos. Y menos aún: hacia dónde vamos. Pero no importa: Eurovegas, que se acabará de beber el Alberche, nos espera con los neones abiertos de par en par. En Talavera somos expertos de vivir de castillos en el aire (AVEs, nodos logísticos…), pero la tajada se va a donde siempre. Llevamos así 25 años que yo recuerde, y la película no cambia.

El último trasvase aprobado el miércoles vuelve a poner sobre la mesa el anacronismo del Tajo-Segura y la gestión del Tajo, y por ende la bonsaización de gran parte de su cuenca hidrográfica, sacrificada y olvidada. En pocos días saldrá el borrador de Plan de cuenca, un documento político donde se ha destazado al niño/Tajo en la mejor tradición salomónica: tres cuartos para el Levante y el resto para los indígenas del Tajo. El gobierno de Castilla-La Mancha ya decidió que con las actuales cartas marcadas –corpus legislativo– no perdía el tiempo, ni recurría y sólo vigilaba la raya, como Paco, el Bajo. Hasta que se cambien las reglas del juego. Y en eso estamos.

Veremos qué sale, en qué queda el magnífico trabajo que hizo en su día la Oficina de Planificación Hidrológica de la CHT, que tengo encuadernado y a buen recaudo en mi biblioteca. Pero que nadie se engañe: será un documento político. No lo que exige la legislación española y europea. La presidenta de Castilla-La Mancha ha empeñado su palabra en que habrá caudal suficiente en Talavera. Veremos, porque para que haya caudal garantizado en Talavera, no basta con poner un número: lo fundamental es que Entrepeñas y Buendía suban la raya mínima de no trasvase desde 240 hasta 600 hm3, ahí está la madre del cordero. El resto es literatura.

Vienen tiempos muy interesantes. En realidad, estamos principiando. El Tajo volverá, ya va quedando menos. Es una cuestión de principios.

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