sábado, 25 de junio de 2011

CASTILLA-La Mancha

La Tribuna de Talavera, 11 junio 2011

Lo bueno que tenemos en Castilla-La Mancha es que si de verdad andamos en la ruina más absoluta, no podrán venir y tomarse en pago en especie el Tajo, el Alberche, el Segura o el Júcar. Porque ya se los llevan a producir plusvalías en Madrid, Valencia y Murcia. Tampoco podrán llevarse la cantidad inmensa de energía que se genera en las centrales nucleares, o en las presas, o en los parques eólicos o solares, porque todo va fuera. Quizá vengan a llevarse el Tiétar, pero a ver si tienen cojones. El problema de CASTILLA-La Mancha ha sido que siempre se ha considerado una región de paso, especialmente por los políticos que dirigían el cotarro o que hacían como que de oposición. Bono, ya hastiado, se fue a la Corte, aunque seguía/sigue con el mando a distancia controlando el cortijo, como esos rancheros que se iban una temporada de senadores a Washington. El problema de la falta de compromiso con este invento llamado CASTILLA-La Mancha es haber sufrido gobiernos de AVE, de ida y vuelta, que esto era segundo plato, trampolín, estación de paso, donde los paletos reían las gracias en la tele regional y hacían bulto en las votaciones. Después de aguantar una semana a comentaristas, opinadores, sicarios y cortesanos de todo tipo hablar de CASTILLA-La Mancha con los mismos y profundos conocimientos que podían hablar de la Estocia rusa, se comprende lo mucho que queda por hacer y deshacer. Y queda claro que esta región, CASTILLA-La Mancha, no sobrevivirá a otra corte de mercenarios.

CASTILLA-La Mancha dedica los mejores recursos de su territorio al exterior. Aquí todo el mundo pilló cacho, y luego nos hicieron CASTILLA-La Mancha, una especie de fondo de saco donde cabía lo que sobraba a los de al lado, puestos en su sitio por el desarrollismo franquista. A todos menos a los de aquí, que ni agua, ni infraestructuras, ni hostias. Mano de obra barata para la costa, el norte, Madrid. 30 años después seguimos en la misma, porque la política no son palabras, sino hechos. CASTILLA-La Mancha tiene en común con Grecia que son los dos únicos territorios del mundo donde la tierra es literatura grande, donde el paisaje se hace tinta con la mayor facilidad. De las patrias de los sueños manan las certidumbres y verdades. Queda mucho por hacer, pero por encima de todo no tolerar ni cinco minutos más que esta tierra sea plato de segunda, que se contente con las sobras de las de al lado, que sea cortijo para que los amigos peguen unos tiros con pólvora del rey. Si no somos capaces, nos mereceremos que nos miren por encima del hombro, y que imbéciles de todo pelaje hagan chistes fáciles con ese lugar grande, vacío, que nadie conoce, que no es la Mancha, sino algo infinitamente más grande, y que se llama CASTILLA-La Mancha.

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