viernes, 25 de noviembre de 2011

Se subasta Talavera

La Tribuna de Talavera, 25 noviembre 2011



Según me informan mis fuentes toledanas, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha prepara la inminente subasta de Talavera de la Reina y sus tierras. Para ello ya ha encargado a una empresa especializada –y de «confianza»– en desguaces y saldos, el correcto amojonamiento de la linde, más o menos desde el caserío de Los Navalmorales hasta los perdederos de Pelahustán. El paquete –«paquete» es como denominan a Talavera de la Reina los directores generales y consejeros de la Junta que andan con ello– se ha intentado colocar a los «compañeros» de Madrid y Extremadura, por este orden. Pero no ha podido ser, que nadie ha querido «tragar con el muerto», que como remató gráficamente un alto cargo de Madrid «a otro grajo con ese carajo».

El procedimiento de licitación y subasta pública se concretará en unas semanas, y puesto que en el caso de Talavera de la Reina y sus tierras no se puede utilizar el marchamo de «alta gama», hay que vestir la mona para intentar convencer al personal para que entre en la puja. Algunas fincas están «apalabradas» ya desde el verano en veladas nocturnas marbellíes con gente «bien, fina, de toda la vida, tú me entiendes», repite en voz baja un delegado de la Junta; fincas de caza mayor y monte. La flor. Pero el problema gordo es la propia Talavera. Han estado haciendo una prueba, cerrando el puente del Alberche durante unos meses, porque el territorio con indígenas incluidos pondrá más euros el día de la subasta, cuando echarán el cerrojazo, y no saldrá ni Dios ni La Sepulvedana.


El asunto –rentabilidad de la desamortización– no se ha visto nada claro, por el alto grado de abandono y bajos niveles de… todo, que presentan la ciudad y la comarca. Es por eso que algunos amanuenses de nuevo cuño de la Junta han tenido la feliz y loable idea de que Talavera de la Reina se convierta en algo así como el «banco malo», pero no de activos tóxicos de las entidades financieras, sino de gente y paro, es decir, y resumiendo: creamos de una vez la provincia que reclaman estos de Talavera, y metemos allí todo el paro y la gente que nos sobra en el país, hacemos un muro con alambrada, ahora que ya no va a haber ni AVE, ni tren, ni Tajo, ni Alberche… ni nada, pues le damos «utilidad»; saneamos el país y borrón y cuenta nueva. El Talaveristán lo denominan en los informes confidenciales. Hay quien comenta –eso sí, en voz muy baja–, que incluso Mariano ha dado su plácet. Y es que María Dolores ha dicho que ya no sabe qué hacer con el «cansino» del alcalde, «y eso que todavía no he estrenado el ordenador del despacho».


Todo apunta a que en pocas semanas estará todo dispuesto. Una vez conseguida la alienabilidad de los últimos bienes, la fianza de subasta se fijará en un 10% pues se teme que nadie puje. Y es que, como comentaba el otro día en el AVE de vuelta a Madrid un consejero, «no vamos a sacar ni “pa” folios; pero a ver si por lo menos nos los quitamos de en medio».

  

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