domingo, 17 de febrero de 2013

El ojo del bosque


El bosque cabe en su iris negro. Entra la lluvia, y el viento que arrastra las últimas hojas de los robles, y el olor a tierra, y el agua que rezuma bajo las piedras, entre el suelo, sobre el musgo. Dentro han ido a refugiarse el arrendajo y el águila. De allí viene un rumor de cascada, a tempestad lejana. Dentro hay luz, siglos, distancia. El bosque es silencio, se ha guardado dentro. Sólo la niebla que baja y golpea. Profundo, en su mirada, está el tiempo.

2 comentarios:

Antonio del Camino dijo...

Hermoso texto. Su colofón, alta poesía.

Saludos.

Miguel Ángel Sánchez dijo...

Muchas gracias. Más por ser de quien viene.