domingo, 10 de noviembre de 2013

Tele de barrio

La Tribuna de Toledo, 8 noviembre 2013

A ver si me he enterado: montamos una televisión regional, ya se sabe, nivel justito –¿para qué?–, España y sus taifas es territorio paleto de Sálvames y bazofias similares, y ya controlamos el chiringuito autonómico, el voto cautivo, a machacar día tras día y tal. Tertulias donde hablan los colegas, mejor importados de la capital y con el culo aún caliente del asiento del AVE, que aquí –ejemplo Manchegolandia– no hay nivel. Colocamos a un amigo a dirigir, ponga cien mil del ala que para algo me bajo al pueblo, y a déficit. La línea editorial firme, escorando al dictado de la orden política, faltaría más. Andanada a la oposición a mediodía y por la noche, ningunear al incómodo, y a echar de relleno, entre medias, películas de serie B del Oeste o filosóficas de Paco Martínez Soria, una de rejones desde Escarabajosa de Abajo, misas, y panegíricos a mayor gloria del líder o lideresa de turno. Y, mientras, los profesionales, a callar, que el que se mueve le liquidan o le mandan de corresponsal a Los Alares, no vayamos a joderla, ¡eh!, que esto está muy chungo… Y luego, cuando el monstruo se nos va de la mano, con los cien mil del director de turno, los colocados, los amigos, los empotrados del partido y demás… echamos el cierre; y si no déficit, que paga la Junta, la Generalidad de turno, o sea, el mismo ciudadano que día a día tratamos de gilipollas para arriba. Es entonces, cuando vemos que nos fusilan al alba sin previo aviso, cuando sacamos la mierda que hasta ayer era cartilla y norma: que había que mostrar sólo el perfil bueno del líder o lideresa, lo de las listas negras, los proscritos y eso que todo sabemos, callamos y tragamos. A buenas horas mangas verdes decía el peregrino de Guadalupe asaltado en el puerto de Arrabatacapas cuando veía llegar a los cuadrilleros de la Santa Hermandad: lo sa jodío, para estas horas os podéis dar la vuelta

 Que un periódico o una empresa editorial se arrime al poder, y hoy esté aquí y mañana allí, allá su dueño y los empleados; y quien tenga el cuajo de leerlo, verlo o escucharlo. Pero que las televisiones y radios autonómicas sean chiringuitos donde lo de menos sea informar y formar al ciudadano, es otro asunto. Y encima que nos trinquen la pasta vía impuestos, la guinda. Así que vienen mal dadas. Los profesionales a la calle, y los colocados, los inútiles del partido, a otro agujero. Y cuando escampe, ya montaremos otra. No asustarse, repetiremos la historia, que esto es España, país de tan inmensas tragaderas como escasa memoria.

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