viernes, 22 de mayo de 2009

LAS AGUAS DE LA VERDAD

La Tribuna de Talavera, 22 mayo 2009

A menos de un mes para el 20J el caudal del Tajo continúa disminuyendo a su paso por Cebolla, que los números de Talavera no se dicen por la CHT en público, quizá por pudor. El trabajo realizado hasta la fecha va configurando una manifestación al menos digna, donde Talavera de la Reina viene a convertirse en referente internacional para un problema largamente maniatado. Queda explicar una y mil veces que si no salimos a la calle, que si se hace Ley el borrador de Plan de cuenca del Tajo que ya se guarda en los despachos del ministerio de Medio Ambiente, podemos empezar a reclasificar como suelo urbanizable lo que hoy es el cauce del Tajo y el Alberche, o perfectamente llenarlos de edificios raros como el antiguo cauce del Turia en Valencia. Porque a la vuelta de unos años ya no habrá, literalmente, ríos.

Lo que se juega Talavera de la Reina, y por extensión toda la cuenca del Tajo, es mucho. Las cifras sólo son una cara, la imagen recurrente del Tajo desahuciado otra. Pero hay muchas más. Esta manifestación, promovida directamente desde la sociedad, viene a poner en su sitio a una gestión nefasta de la Administración central, que desde muchas décadas atrás sólo ha contemplado la vertiente productivista del Tajo, adobada en los últimos años con el plegamiento absoluto a las regiones capaces de organizarse y que ponen más votos en la romana. Por tanto, esta manifestación que, repito, sale de la ciudadanía, de la gente como dicen algunos, no puede convertirse en un campo de batalla más en esta Región entre el PSOE y el PP. Hay muchos campos: el Estatuto, lo de CCM, la modificación ad hoc de la LOTAU, o lo que se vaya terciando en el coral de comedias autonómico. Esto no.

Nuestros representantes políticos han de pararse un poco y entender que esto es otra cosa, que no sirven los moldes de todos los días para encajar la manifestación de Talavera de la Reina. Esto es otra cosa, y han de entender que han sido invitados por ciudadanos, que somos los mismos que cada cuatro años los votamos y ponemos ahí, para que defiendan lo nuestro.

Pero no nos equivoquemos: hemos de ser los ciudadanos los que salgamos a manifestarnos, los que llenemos las calles de Talavera de la Reina. Si no lo hacemos, no me cabe duda de que el Tajo continuará eternamente en su Guantánamo legal, agarrado a un marco jurídico carcomido por la injusticia y el tiempo, tan anacrónico como esperpéntico.

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