31 AÑOS DESPUÉS

Esta es la portada del «folleto de divulgación» que en 1978 editó el Equipo en Defensa del Tajo, en los Talleres Gómez-Menor, ubicados en San Pedro el Verde, Toledo. La portada, diseñada por el Grupo Tolmo, abría la puerta a un completo informe de 60 páginas donde ya se definía con precisión milimétrica el destino de todo el tramo medio del Tajo si el Trasvase desde su cabecera, se ponía finalmente en servicio.

Era el año 1978, las obras del Trasvase encaraban con dificultad la travesía de las sierras de Hellín, perforando los acuíferos, pero avanzando a buen ritmo. Entonces, un grupo de ciudadanos se preguntaban el por qué en la recién estrenada Democracia, se continuaba ejecutando una obra aprobada en pleno franquismo, sin ningún tipo de sometimiento a la voluntad de los ciudadanos de la cuenca del Tajo, y que venía a ubicarnos irremediablemente en la tercera división del desarrollo nacional. En la portada un cuchillo corta al Tajo, que se desangra en azules, azules que van a llenar al Segura. El Tajo se queda vacío, amarillo agostado. El agua, la sangre azul del Tajo, resbala por el filo del cuchillo.

Anoche releía este «folleto de divulgación», una auténtica maravilla de la concreción y visión analítica. Tiene ya 31 años, pero parece escrito ayer mismo, como si sus autores se hubieran sentado junto al Tajo y relataran lo que están viendo.

No tengo por menos que citar a sus autores: José Mª Alcaín Partearroyo (Ingeniero Agrónomo); José Mª Calvo Cirujano (Profesor); José Luis Conde Olasagasti (Médico); Juan Ignacio de Mesa Ruiz (Economista); Manuel del Pinto Borrego (Técnico en Obras Públicas); Manuel Díaz-Marta Pinilla (Ingeniero de Caminos); Mercedes Garrido Pérez (Estudiante de Filosofía); Jorge González Villa (Médico); Begoña Gutiérrez Llorens (Estudiante de Filosofía); José Miguel Hernández Vázquez (Ingeniero de Caminos); Julio Herrera Sant (Perito Aeronáutico); Carmen Izquierdo Pérez (Economista); Gonzalo Payo Subiza (Ingeniero Geógrafo); Ricardo Sánchez Candelas (Ingeniero de Montes).

Pongo también una imagen de la contraportada, donde se resumen muchas cosas, aún totalmente válidas. Pero antes, una reflexión que aparece en la páginas 35 y 36, que sostiene lo siguiente: «La consumación del Trasvase será un grave error económico y ecológico, como veremos más adelante. Pero será también, si nuestra Región no es convocada a una defensa de sus razones, un lastre político inicial por el que la pretendida autonomía regional no será más que una triste pantomima». 31 años después la realidad es ésa, Castilla-La Mancha es una triste pantomina donde otras regiones ejercen su derecho de pernada sobre la nuestra, y donde los ciudadanos, como buenos sometidos, arrastramos un complejo de inferioridad y vergüenza al exigir lo que por derecho y justicia nos corresponde.