LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD

La Tribuna de Talavera, 12 junio 2009

Lo que ocurra el próximo 20J en Talavera de la Reina definirá el futuro del Tajo para los próximos 20 años. Hasta la fecha el poder político ha pasado como una apisonadora sobre la justicia y cordura en la gestión de nuestro río, que nunca hay que olvidar que, gobierne quien gobierne, pasa por la ejecución milimétrica de lo acordado a mediados de la década de los 60 del pasado siglo por los tecnócratas del franquismo. Lo que la sociedad de Talavera de la Reina diga en la calle el próximo 20J es infinitamente más importante que cien estudios de caudales, que cien informes llenos de números y trampas, que cien argumentos tan insostenibles como indestructibles que maneja con soltura cualquier político de tres al cuarto. Es infinitamente más importante y lo deberíamos saber todos, porque de ello depende que el cauce del Tajo no acabe comido ya definitivamente por carrizales, y que el Alberche siga llegando a Cazalegas, para que podamos beber y regar, que aunque seamos castellanos, también tenemos derecho, tanto a beber como a regar.

Mis argumentos a partir de ahora no van a ser los números, sino la voluntad de mi ciudad, de mi gente. Las sociedades avanzadas se definen como aquellas capaces de hacer valer sus derechos, y Talavera de la Reina con esta manifestación tiene en sus manos la posibilidad de subir varios pisos de un golpe. Desconfío a más no poder de políticos mediocres que nos han metido en este agujero, y que sólo ponen la cara para hacerse la foto, y a la hora de la verdad si te he visto no me acuerdo. Desconfío del Gobierno de Castilla-La Mancha, porque nosotros nunca hemos sido castellano-manchegos, y el Tajo para ellos jamás ha el río que salvar, sino el que utilizar. No confío en la oposición, asustada sólo por el hecho de poder gobernar y tener que decidir y plantearse la cuestión capital de esta Región. Pero sí confío en mis conciudadanos.

Tenemos delante la última oportunidad. Es la última, pero nunca antes habíamos tenido tan cerca la posibilidad de torcer el rumbo de la Historia, que decidió en su momento que éramos menos ciudadanos que otros ciudadanos. Aún lo seguimos siendo. Creo que sabremos aprovechar la oportunidad y saldremos a la calle, quizá porque somos gentes de aguas y de bosques, de la luz azul profunda de Gredos sobre el horizonte, y en el fondo sabemos que los ríos, nuestros ríos, son el único espejo donde puede reflejarse el porvenir. Es la última oportunidad.