jueves, 25 de marzo de 2010

TARDE EN LA VERA

Ayer sobre la Vera el cielo era gris y de nubes bajas. Gredos paraba las nubes y desde la distancia los relámpagos recorrían la sierra espesa de lluvia. La Vera es un estado de ánimo que se extiende sobre la Extremadura nortiza y más agreste. Desde el Campo Arañuelo ayer Gredos era impenetrable. Paisaje de verdes nuevos y resaltados por la tormenta. Ovejas pastando junto a charcas de garcetas y ranúnculos. Los rayos caían lejanos sobre la junta del Tajo y del Tiétar en Monfragüe, y las aguas de Valdecañas llegaban hasta la casa de postas. Cientos, miles de encinas arrasadas por la seca, alcornoques supervivientes en las vaguadas arenosas. Secaderos de tabaco destartalados y medio derribados, comidos por el abandono. Paisaje verato entre Jaraiz y Jarandilla, luz de sierra, tarde oscura de lluvia y olor a sierra.

Ayer Miguel Méndez y un servidor dimos una charla en Jarandilla. Los planes de la Junta de Extremadura y del Gobierno de España de meter mano a los ríos del norte extremeño, meterlos en canales o tubos, y llevárselos a la Mancha y a Murcia, están empezando a materializarse. Los ciudadanos de la Vera no entienden porqué hay que llenar de tubos Gredos, y llevarse el agua de las gargantas Tiétar arriba, hacia el Este. Tampoco entienden porqué pueblos que tienen agua de sobra para beber y regar, tengan que abastecerse de una garganta que está a 40 kilómetros. Pero cuando les explicas que desde Murcia se pide el trasvase del Tajo Medio, que no es otra cosa que el trasvase del agua de Gredos y del Tiétar, cuando les enseñas planos y documentos donde se deja claro que vienen a por sus gargantas y a por su agua, las cosas cambian.


La Junta de Extremadura quiere cambiar el agua de la Vera por la refinería Balboa de Almendralejo y por ciento y pico parques eólicos en los serrijones de Cáceres y Badajoz; y quien sabe si en la jugada no entrará también el cementerio nuclear en Albalá, al pie de la sierra de Guadalupe. En esta España del XXI, donde todo está empezando a valer, donde las Autonomías son negocios de poder y los ciudadanos importamos un bledo, el Gobierno de Extremadura hace el trabajo sucio al Gobierno de España y licita el proyecto de trasvase del Tajo Medio; lo que se llama vestir el expediente. Y puede vender sin rubor a los ciudadanos que es bueno que se libere el agua de las gargantas, que mejor beber todos de una aunque se seque ocho meses al año. Lo que no dice es que ese agua liberada se declara excedente y trasvasable, y si la subimos Tiétar arriba la podemos echar en los embalses que ya existen (Rosarito) o los que pide el presidente de la Junta de Extremadura (Arenas de San Pedro y Monteagudo), para poderla trasvasar. ¿No hemos hecho ya las obras para que se pueda beber de una sola garganta? Pues las otras sobran, son excedentes, de qué os quejáis.

Es la filosofía que impera, robar al pobre, al desinformado, para llevárselo al más rico y avaricioso, con medios y con posibilidades para apretar a un Estado que cada vez va siendo menos de Derecho y más de Hechos. La unidad es la clave para defender los ríos de la Vera. Vienen a por ellos, a por lo que desde los despachos de Madrid o de Murcia denominan Tajo Medio. agua limpia, transparente, recién salida de las nubes que entretiene Gredos.

De noche los sapos cruzan la carretera. Noche de lluvia, templada, de primavera. Las luces de los pueblos veratos rayan el perfil de Gredos. Luces amarillas, blancas, nieblas ligeras, cortinas de lluvia. Creo que a la Vera no le quitarán sus ríos, no por el empeño de sus políticos, sino por el empeño de sus gentes. No veo al Tiétar y a sus gargantas camino del Mediterráneo y la Mancha. Son parte indisociable del paisaje y de la personalidad de la Vera. Allí el agua no es una mercancía, un negocio, una excusa para acabar con el territorio. En la Vera el agua es la sangre que Gredos bombea para hacer posible la vida. Y la sangre, aunque quiera hacer negocio con ella el presidente de Extremadura, no se vende.

Plano del Anteproyecto de trasvase Tajo-Segura, del año 1967, donde se aprecia en color rojo el canal que se proyectó para recoger toda el agua de las gargantas de Gredos. Estas aguas subirían Tiétar arriba y acabarían en lo embalses del Alberche (El Burguillo y San Juan), desde donde irían al sistema de abastecimiento de Madrid. 43 años más tarde se empieza a recuperar esta descabellada idea.

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